martes, 20 de septiembre de 2011

Venus de Milo


labrada en mármol blanco tu belleza
tan quedamente estéril resplandeces
que nadie alcanza a intuir lo que padeces
cautiva en nívea piedra tu terneza

que late un corazón naturaleza
viva bajo esa jaula ardor con creces
ni que esa extinta piel de que adoleces
te anega de desánimo y tristeza

que no naciste estatua sin calor
a golpes de un anónimo escultor
sino de carne y hueso afán de abrazos

fue tu razón de ser y la perdiste
oh diosa del amor en lance triste
cuando un cruel desamor taló tus brazos

3 comentarios:

Calma en días de tormenta (Darilea) dijo...

Precioso poema Rafa me recordó la historia de amor de Pigmalión y Galatea.
:)

Dany dijo...

Amo tus sonetos, transoceánico amigo. Valga la re-afirmación.
Cada tanto vuelvo a ellos (y a "vos", como decimos de este lado) y me alimento. Gracias desde el muy Sur.

ralero dijo...

Me alegra que te guste, Charo.

Desde el sur del norte, gracias, Dany, amigo.

Abrazos.