viernes, 30 de septiembre de 2011

Dulces sueños

NUNCA habría imaginado que llegaría a juzgar como un acto de misericordia de la diosa Fortuna, la irrupción de aquella onírica e insaciable manada de lobos en el desvelado y estrepitoso redil.

1 comentario:

Milena dijo...

jejej Genial!!!!

Mucho le pides tú a los políticos: la coherencia !

Tu poema igual que el chiste,¡está que se sale ! y yo que me preguntaba qué por qué tendría esa constante molestia en las cervicales, jajaja

Besotes