lunes, 19 de septiembre de 2011

Relatos verosímiles (8) (Carlos Parejo)


Le llegó la edad de jubilación. Había pasado cuarenta años como misionero en países de Oceanía, Asia, África y America del Sur. Creía que había extendido la semilla de la palabra de Dios y que había arraigado en todas partes.

Le asignaron un pisito para personas mayores de su Orden Religiosa en la gran ciudad, del que sólo salía acompañado por un asistente social sudamericano para dar corto paseos. Además de esto rezaba y devoraba compulsivamente programas de televisión y periódicos. Iba anotando las noticias que le llamaban poderosamente la atención y estableció una nueva valoración de cómo funcionaba el Mundo. Era una balanza de poderes y contrapoderes.

El poder de las Ciencias, especialmente de la salud, había subyugado el anterior dominio del credo y la fe religiosa. El modelo de personas a imitar eran los deportistas de élite, ya nadie se acordaba de los Santos. El poder de la Moda hacía que se despreciase todo lo clásico y evocador del pasado. El imperio audiovisual había arrinconado a la palabra hablada y escrita. Los Mercados tenían maniatados a los Estados. Y los jóvenes idealistas se afiliaban a las ONGs para combatir el imperio de los Mercados y los Estados.

Y él se preguntaba: ¿Y qué sentido para la vida humana tiene todo este laberinto de pasiones?


© Carlos Parejo Delgado

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dicen que se ha vuelto místico el que ha escrito esto

ralero dijo...

Eso dicen. Tú lo sabrás bien. Tú y tus sueños.