Soy un castillo de arena
henchido de un mar de ausencia
que me anega sin clemencia
con olas de amarga pena.
Mar en silencio, gangrena,
que con brutal estridencia
embate con la carencia
que indolente me condena
a unos ojos sin mirada,
a unos labios sin palabra,
a esta desidia macabra
de estrellas sin alborada
en el torreón vacío
de un firmamento sombrío.
henchido de un mar de ausencia
que me anega sin clemencia
con olas de amarga pena.
Mar en silencio, gangrena,
que con brutal estridencia
embate con la carencia
que indolente me condena
a unos ojos sin mirada,
a unos labios sin palabra,
a esta desidia macabra
de estrellas sin alborada
en el torreón vacío
de un firmamento sombrío.
Mayo de 2006
6 comentarios:
Aun con el alma en pena, Rafa, escribes como los angeles.
Precioso
un abrazo
No puedo dejar de reconocer que, cuando te empeñas, eres un fabuloso hacedor de rimas. Aquí nos dejas un buen ejemplo de lo que pienso.
Un abrazote, tío grande.
Aun sintiéndose castillo de arena, y sabiendo que un solo roce de una ola lo desmorone, las palabras aquí derramadas, serán traedoras nuevas arenas.
una descripción acertada de ese mar de ausencia...
;)
TRISTE, PERO ME GUSTÓ
anamorgana
pienso, Rafa, que si te quitaran tus sueños/recuerdos tristes sería como cortarle el pelo a Samsón ¿no?
Un beso.
Estaba leyendo y pensaba: pues, a mí, éste me suena. Hasta el título me suena: Sonetillo de arena. Y, claro: mayo de 2006. Es precioso.
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