Torpemente describo
la nada en su guarida: la envolvente
huera e inmaterial de lo vacío.
La luna irrumpe, lánguida,
un instante en la alcoba
desnuda bajo el hongo
del final de los tiempos.
Estalla una honda luz fuliginosa;
mi sombra se diluye en sus tinieblas,
calada por la lluvia
negra que mana, hepática,
de un sueño teratógeno.
Qué más puedo decir
si de mi lengua herida
de muerte ya no brotan
más que espanto y coágulos
de silencio: tu nombre
del revés, pervertido
por un salmo blasfemo
a un leviatán ausente.
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
2 comentarios:
Y en la calma profunda y transparente.(...)
Sentirás el latido enamorado
Con que tu corazón recuperado
Te irá diciendo todo, todo, todo.
( JL. Borges)
Vaya respuesta de esperanza
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