No queda ni un mendrugo
de pan en el chinero.
Si acaso alguna miga
como aquellas que Hansel,
condenado a orfandad,
dejara en el camino.
No hay regreso posible
desde el hambre en la casa
de jengibre hacia la olla
de papas a lo pobre.
¡Puñeteras palomas!
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
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