Te estudio y, pese a ser tú tan menuda
como hermosa, no encuentro
el modo de escalar tu cara norte.
Soy víctima del vértigo
y el vendaval que, helado,
sopla desde tus cumbres.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
Valor alpinista, que el miedo no te paralice
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