Me digo que no puedo
seguir así pensándote
y con denuedo afán
me esfuerzo ―¡cuesta tanto!―
en borrarte y te borro
de mis ojos mis sueños
mis álbumes de fotos
mi agenda telefónica.
Todo es inútil. Todo.
Siempre siempre apareces
de nuevo en mi memoria
mis ansias mis afanes
lo mismo que las manchas
de humedad en los muros
de las casas en ruinas.
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
Hay amores que se apegan al desván de la memoria como humedades, efectivamente
Publicar un comentario