Las gaviotas —viejas águilas
disfrazadas— y las rosas
de plástico azul untado
de falsa pátina roja,
han fornicado, venales,
para parir un engendro,
un ogro, un monstruo insaciable
peor que el caballo del Huno,
que va erigiendo vergeles
elitistas y exclusivos
por donde pasa, dejando
en sus redores desierto.
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
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