jueves, 23 de agosto de 2007

El último Credo

Yo nunca tuve fe, bien lo sabes. Pero tú me convenciste. Todo un logro por el que no deberías dejar de sentirte orgullosa; no era nada fácil. Y comencé a creer en la suerte. No, no, sabes también que no me refiero al azar, eso es otra cosa. Quiero decir la Suerte. Y trabajé noche y día para tratar de alcanzarla. Puede que muy torpemente, pero con todas mis fuerzas, con uñas y dientes, con la pujanza que otorga la ternura. E incansable la busqué como se busca a un niño perdido en la nieve para evitar que se muera de invierno. Pero ya, agotado mi último aliento, se me han helado los pies y las manos, y enturbiado mi mirada y el camino en la montaña. Y vuelvo a no creer de nuevo. Ni en mí ni en la suerte ni en niños perdidos. Como antaño, como siempre. Pero al romperse un espejo, siempre, como un espectro, permanecen los añicos. Afilados, al acecho. Y con ellos, mi única fe, a la vuelta de la esquina. Pero muy lejos para mi alma rendida. Y aquí estoy, aferrado al desaliento, como a un clavo ardiendo, para no disolverme aún en la lluvia. Por si amanece y brillan los dioses. Aunque yo nunca tuve fe, bien lo sabes, y ya no busco nada ni a nadie. Y, entretanto, llueve. Tormenta perpetua de agosto, henchida de hojas secas e hipócritas abjuraciones.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

muchas veces esa fe es solo falta de esperanza
sin esperanza todo se hace mas dificil y no vemos ni nuestras fuerzas y exito
por eso a veces es bueno hacer un alto en el canimo, reflexionar y comenzar de nuevo
siempre aprendemos de los errores aunque estos duelan
no pierdas la fe...la vida siempre nos hace desafiarnos dia a dia
escribes muy bien
gracias por tus saludos y compañia amigo
muchos cariños y que estes muy bien
besitos


besos y sueños

Anónimo dijo...

Pues aférrate con fuerza a ese clavo, la fe es un ancla, y sin ancla la barca va a la deriva. Ahora bien, ¿En qué creer? ése es el punto clave de la fe. Abrazo

Anónimo dijo...

Gracias a ti, freyja. Y sí, puede que la fe se encuentre en el caminar y no en el camino. Ya lo dijo el poeta.

Leuma, quizá la fe esté sobre todo en la duda. Porque, ante una certeza, creo que no es necesaria ni posible.

Abrazos.