lunes, 13 de agosto de 2007

Anagnosis

Estos versos ya no laten,

Están muertos:

Cual teclado cadavérico que acoge

El embate de las olas de un fantasma

Sin luna, aliento ni sueños,

-------------------------------------- ululando,

Ingeniando los silencios más recónditos

De las sombras titilantes que se ciernen

Tras las simas azogadas de un espejo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que los versos mueran, siempre hay alguien que siente sus latidos...

Saludos

Anónimo dijo...

A veces laten tan bajito que nuestro oído no los capta, pero están, están.
No es el caso de esta página, en la que a veces hay que bajar el volumen a su intenso palpitar.

Besos.