jueves, 23 de agosto de 2007

Delirio

La alimaña merodea las estancias

Vomitando sin descanso flamanieve.

Muy pronto habré de saltar, oh voz sin alas,

Se acumula la dolor en mi costado

Y la cal me va enturbiando la mirada.


(Ya no le canto a las lilas,

Son sus pétalos helados

Duelo, cicatriz y espina.)


¿Cuánta cellisca preciso

Para adormecer el alma?

¿Cuánta arritmia? ¿Cuántos siglos?


La sangre fluye violenta

Desde las heridas malva,

Se reseca como grieta

En la lengua amordazada.


¿Cuánto sufriré el dolor

Que devora mi costado

Hecho de sal y de arañas?


(Ya presiento el sinsabor

De gruñidos acerados

Penetrándome la entraña.)


¡Cuánta fiebre / bajo cero / me atenaza!

¡Qué convulsión, cuán nauseabundo el silencio!

Oh dulce flor ya sin nombre, dulce aroma

Di por qué / por qué me has abandonado:

Tiene dispuestas sus garras / la alimaña.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira a ver si ese dolor de costado no son gases, que en casa de Paco se come mucho, :P

P.D. ¿De dónde sacas tiempo para escribir tanto?Me cuesta seguir tus posts, :)

Anónimo dijo...

Je, je, tendré que comprobarlo. Ahora vuelvo, que me llego en un salto a la farmacia a comprar una caja de aerored.

Bueno, tampoco escribo tanto. Hace tiempo leí algo sobre un tipo que llevaba escritas más de 10.000 novelas. No veo la tele, duermo poco y suelo ser rápido. Además, ahora estoy de vacaciones -ya por poco tiempo-. Y cuando trabajo, casi tres horas diarias en la carretera dan para mucho. Nooooooo, no escribo al volante, pero se me ocurren muchas cosas. En muchas ocasiones, voy y voy dándole vueltas a algo y cuando llego, en cuatro o cinco minutos... ya está!

Abrazos.