martes, 28 de agosto de 2007

El amor

A la memoria de Charo


Para ella el siglo XX,
Que comenzó en 1950 y tantos,
Sólo duró
40 y pocos años.
Del resto, hasta 100,
Una parte le fue arrebatada
Por un puñetero cáncer galopante,
Y la otra,
Fue su regalo de amor y vida
A un hijo tardío que estaba por venir.
De aquellos que la conocieron,
Ya muy pocos suelen recordarla,
Pero yo, que nunca la vi perder la sonrisa ni rendirse,
La tengo en un lugar de privilegio
A la luz de mi memoria,
Uno de esos lugares que sin cesar palpitan
En mitad del corazón.
Su siglo XX:
¡Qué poco tiempo
Para tan gran mujer!

9 comentarios:

Anónimo dijo...

enorme, Rafa, enorme.

Anónimo dijo...

Es una mala jugarreta del destino,arrebatar a tan temprana edad a una persona.

Un beso Paco.

Anónimo dijo...

Perdona Rafa, pero el tema me ha hecho recordar muchas cosas y te he cambiado el nombre. Un beso.

Anónimo dijo...

Precioso homenaje.
Hay personas que permanecen tan cerca aún después de haber muerto... que parece que no se han ido. Yo pienso que es de tanto nombrarlas y pensarlas, no queda otra, es lo único que podemos hacer por nosotros y por ellos.

Un abrazo, Rafa.

Anónimo dijo...

Hola Rafa, es la primera vez que entro en tu blog y el tema que tocas del cáncer me toca muy directamente, quizá por eso mehe animado a dejarte estas líneas. Mientras sigas acordándote de tu amiga no habrá muerto del todo. Un saludo.

Anónimo dijo...

La vida no merece perdones a veces rafa... muy fuerte y sentido homenaje.

Anónimo dijo...

"...Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada...."

Un trocito Rafa de esta Elegía tan emotiva y maravillosa de Miguel Hernández.
El tiempo suaviza el dolor. Y no hay mayor homenaje que tu recuerdo.

Un beso.

Anónimo dijo...

No sé cómo lo hacen para no rendirse, parece que estén hechos de una madera especial. Las pérdidas son duras y es un tiempo de duelo que hay que pasar. Quedan en nuetra memoria como tú dices. Un abrazo

Anónimo dijo...

Muchas gracias a todos. Aquello ocurrió mucho tiempo y a Charo nunca la he recordado con tristeza. Era una bella persona, con una generosidad enorme, una fortaleza impresionante y que continuamente transmitía serenidad y alegría.

Se bienvenida, Consuelo. Pasa cuando quieras, estás en tu casa.

Abrazos.