Hoy te traigo este poema,
Versos de sangre y muñones,
Versos de mi sangre y letra,
Que, pintados sobre el viento,
Valen casi apenas nada.
Quisiera que los guardases
En tu cofre de tesoros
Olvidados, por si un día,
Cuando muera, se cotizan
A buen precio en el mercado,
Porque vivo, para ti,
Yo no valgo apenas
---------------------------- nada.
7 comentarios:
Cuenta que hubo un hombre que encontró un libro tirado y pensó, ¿para qué coño me servirá esto?. No tardó en encontrarle utilidad, aquella mesa coja dejó de estarlo. Aquella calza tenía un valor incalculable, no solo porque evitaba que la leche se derramara, sino porque era un incunable de una obra maestra. Él nunca lo supo, pero la novela seguía teniendo su precio.
nada de nada, como decía Cecilia.
¡Ay!,y, ¿cúal es el valor de los tesoros y para qué los atesoramos?...
En "Cada hombre con su nombre", libro que leo actualmente, un señor hereda de su tio su más preciado tesoro: unas cartas clandestinas de un amor furtivo. El sobrino, de momento, las tiene en un cajón casi olvidadas y tengo una curiosidad tremenda por saber el destino que les depara.
Te puedo contar su fianl, una vez termine la novela, por si sirve de algo a tus pesares.
Un beso
¡quien sabe si nuestras palabras escritas al viento algún dia tendrán valor!
el beso el beso
jajajajajaj
Hermosa reflexión, larrey.
Lola, mucho menos que en la canción de Cecilia -maravillosa Cecilia-, donde ese nada de nada era tantas cosas: espuma del mar, grano de sal o de arena, luz de mañana, copo nieve, pensamiento, un "lo siento",
soplo de vida...
Vitoria ¿y si me lo dejas prestado", parece muy interesante.
María, espero que las mías tengan valor, que no precio.
Abrazos.
"Nene..tú vales mucho.."
Y tus versos, como besos... aunque no me creasssss...
Gracias por la aclaración.
Un beso, Rafa.
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