Aunque no negaré que para mí vienen a significar lo que una plaga bíblica, siempre he sido de no hacer demasiados ascos a las tareas del hogar. Ya con cinco o seis años, es uno de los pocos recuerdos nítidos que conservo de aquellos lejanos tiempos, con la amorosa intención de descargar de algo de trabajo doméstico a mi madre, me arrodillaba, algofifa en mano, con cierta frecuencia, a objeto de fregar los suelos de la casa. Es por ello que me considero con la autoridad suficiente para afirmar que, entre los inventos que más han contribuido a dignificar la vida de los seres humanos, y, en particular, de su mitad más desfavorecida por causa de su sexo, uno de los más destacados lugares de honor, sin lugar a dudas ni posibilidad inteligente de discrepancia alguna, deberá estar ocupado para siempre por la fregona, toda una bendición ideada en 1964 por el riojano Manuel Jalón Corominas.
(De la serie "¿Veis? Yo, a veces, también me siento orgulloso de ser español.")
1 comentario:
Yo la fregona no llegue a usarla más que en la Mili, pero coincido en la valía de ese invento para la liberación de la mujer en las faenas del hogar, a la que por siglos estuvo condenada
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