martes, 13 de noviembre de 2018

Boya


No hay nada tan absurdo como estimar absurdo lo que es absurdo. Aparentar que estamos vivos requiere de nuestra parte el ejercicio permanente del difícil arte de hacer oídos sordos a nuestras más pesadas rémoras. Algo en lo que, como en otras muchas cosas, siempre nos llevarán ventaja los animales.

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