A Marisa PeñaVosotros, herederos del fanquismo,
cachorros de la bestia sanguinaria
que hundiese en la miseria nuestra Patria,
usando la mentira igual que Hitler
habéis logrado, aun necio, un amplio apoyo
del pueblo al que lavasteis el cerebro
con vuestros estropajos sin conciencia.
Y ahora, ya en el poder, le estáis robando
a ese pueblo al que habéis manipulado
su pan para entregarlo a los de siempre:
las mafias financieras, vuestros amos;
y más allá del pan le estáis robando
quizás la garantía de más peso
para salvaguardar la democracia:
el derecho inviolable a discrepar
por medio de la paz y la palabra.
Mas no penséis, esbirros pusilánimes
del totalitarismo financiero,
pequeños dictadores de recambio
que sólo echáis cojones a los débiles
estando protegidos por los lerdos
perros de vuestras fuerzas represivas,
que ya estamos rendidos, desarmados,
privados de la paz y la palabra.
Echad bien los cerrojos, dictadores,
fascistas sin escrúpulos, de mierda,
de noche a vuestros cómodos hogares
y a vuestro pétreo y sucio corazón,
porque no es la esperanza, son los dientes
lo último que pierde un pueblo herido.
1 comentario:
Ole
Publicar un comentario