La sed es la leyenda que, en los mapas del alma, indica los caminos que llevan hasta el agua. Los mapas del espíritu son fértiles enclaves contenidos en lo estéril. Están hechos de sueños. En su centro convergen vergeles y desiertos, abismos y altas cumbres, luz y sombras. Su rosa de los vientos no se rige por falsos paralelos, ficticios meridianos; y ocultos en sus curvas de nivel, hay cánticos de pájaros antiguos capaces de anegar, volando al cielo, el árido silencio que impera en las estrellas. No hay una, dos ni tres; hay miles, infinitas dimensiones, prodigios impensables, en esos mapas magos y fecundos. Tan sólo hay que leer con esperanza las claves de la sed para encontrar los frágiles umbrales de la puerta que abre el arduo camino hacia la fuente.
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
qué atractivos siguen siendo los mapas magos y fecundos como el de el País de los Anillos o la Isla de Peter Pan. Siempre mejores que las noticias diarias de la Bolsa de Wall Street
Publicar un comentario