Aun más que por la envidia que podía llegar a despertar entre sus pocos allegados y muchos enemigos, andaba sumamente preocupado por el recelo que sin duda levantaría el hecho de ir a ser agraciado, unos días después, con el primer premio de la lotería por cuarta vez en el periodo de dos años. Hasta que un golpe inesperado de fortuna lo vino a liberar de tan sospechoso privilegio del azar.
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario