Dices que ya no sabes quien soy. Aun admitiendo que duele, no puedo decir que tal afirmación me extrañe; hace tanto que perdí mi identidad, que ni yo mismo me reconozco en mis vestigios: soy otro, otro que no se identifica en la espantosa vocación de nada que lo abruma… ¡Me ha cambiado tanto la tristeza! ¿Dónde está aquél que se dejaba abrazar en tu mirada? ¿Dónde, que, mientras más lo busco, más se me pierde? Somos dos islas a merced del muro salobre que alzamos una aciaga mañana de galerna. Y ese mar de espinos grises que ulula y crece a la par de los glaciares, va devorando con ávido deleite los coágulos de mis latidos y quién sabe si también los tuyos. Bastaría con tender un puente precario sobre los pilares del afecto que enclaustrado nos consume. Pero la mar, insomne, lo sepulta sin piedad en el piélago de un olvido que nunca lo ha sido; esa falacia tóxica infectando cualquier huella y tornando lívida mi piel antaño hecha de auroras. Yo también te echo de menos, también me echo de menos, nos echo de menos. Te quiero. Mucho. Un beso.
La rana azul.
La rana azul.
25 de octubre de 2007
3 comentarios:
Suena a final triste que está por llegar...triste pero hermoso.
(Preciosos estos monólogos)
Un beso
Incluso la lectora lejana y despistada hecha de menos,os hecha de menos...
¿Dijiste puente precario? dos embestidas seguramente duraría.
Naufragio ante tanta tristeza en un mar de toxinas se intuye,pero las ranas azules saben nadar ,y es más,esas toxinas que a los otros envenenan, para ellas son inocuas, saben almacenarlas...
Mientras tanto se las escucha en la noche
http://www.youtube.com/watch?v=LQcOlsNAfAk&feature=related
Y aquí sigo, enganchada a "tu rana", colgando de la frase, "se dejaba abrazar en tu mirada", como un hilo frágil esperendo el principio.
Mil besos, Rafa!!!
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