La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
jueves, 6 de noviembre de 2008
La visita en el espejo
En mitad de la noche hasta mi casa
De visita ha venido la tristeza
Y la espalda le he dado con espanto.
Entonces mis pupilas, de soslayo,
Buscando en el espejo, ha perseguido
Y al fin, cuando ha alcanzado a ver su eclipse,
Me ha llamado “su hermano”…
Y ha llorado.
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14 comentarios:
La tristeza sólo viene de visita y por fortuna, se va...
Échala!; yoo te ayudo con una sonrisa y un beso.
R.-)
A ver si lo entiendo ¿has hecho llorar a la tristeza? es así?
Abrazos
Alegría te deseo para este finde que se aproxima... bueno, en realidad, para todos y cada uno de los días de tu vida.
Bellímo
Baci
Hay que romper los espejos Rafa. Visitas tan inoportunas no merecen réplica.
Un beso
Jo!
:S
Besos.
Milena, no sé si la hice llorar, pero lo hizo. El porqué nunca lo sabremos. Pudo ser por compasión, por envidia, por rabia...
Un abrazo.
A mi me han dicho que la tristeza no llora salvo cuando sueña con sonrisas.
llevo largo rato leyéndote y no me extraña que hagas llorar a la tristeza. Tú eres capaz de conmover a quién te propongas con estos pedazos de poemas.
Un beso, grandote.
Te esperamos el sábado.
Puede ser Victoria, aunque no deja de ser una paradoja que el vértigo quedo y brumoso de la ciénaga termine por conmover a las auroras.
Un beso. Allí estaré.
Buenas noches, chiquito y hazme el favor de pasar ya ya a otro poema que el ojo ese...aggg me recuerda a lo de la catequesis "el ojo que todo lo veía" que miedo madre madre.....
Enga!
asi se cuela de rondon en nuestra alma y ya no nos deja, gran amiga se instala en la alcobe, en la mesa del comedor, entre los libros, en el polvo que levantamos por el camino...bello y triste y desgarrador poema. Me has traido ecos de nuestra Rosalia, un alma en pena que dejo pomas increibles e increiblemente tristes.
Un fuerte abarzo.
Aunque yo no soy la alegría de la huerta precisamente en estos momentos, siempre habrá sonrisas para tí.
Y mil besos desde mi luna.
Echaré la tristeza de mi casa, bien deprisa y bien lejos; me rompe el corazón.
A ti te voy a guardar.
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