lunes, 3 de noviembre de 2008

Ausencia leve como carne de niño


Sobre el lecho, olvidado, yace un sueño.
Su albura inmaculada se confunde
Con la helada mortaja de cellisca
Que, lúgubre e insomne, entre las sábanas,
Conserva incorruptible su alma muerta.
Ajeno, sin cauterio, al ritmo cíclico
De hielo y flores breves sucediéndose,
Inmóvil se halla atado a un desamparo,
Oscura noche eterna sin crepúsculo.
¿Cuánto dura en lo yerto la desdicha?
¿Cuánto tarda en pudrirse el hueco frío
Que deja en la memoria un sueño exangüe?

Algunos, sólo algunos, de entre aquellos
A los que tanto quise largo tiempo
Me han demolido. Fueron pocos, cierto;
Mas una leve chispa en los jarales
¿No basta, en ocasiones, por sí sola,
Para, un ruinoso yermo de cenizas,
Dejar, si sopla un viento ardiente y seco,
Donde hubo una arboleda florecida?

La vida es corta, apenas un relámpago,
Mas como sobra el tiempo a un sueño henchido
De muerte desde la hoja a sus raíces.
¡Qué fácil abatir, como a un despojo,
Al roble calcinado a fuego y nieve!

Sumida, pues, el alma entre vestigios
De tiempo desgastado y ancho olvido,
Lo cómodo, quizá, fuese la muerte,
Unir el cuerpo al alma sin aliento,
Y hundirse quedamente en el remanso
Do el odio y el amor nunca existieron.

Mas ese no es destino para el roble:
Su tronco, desplomado de desprecio,
No habrá de ser motivo para el hacha
Que blanden miserables y perversos
Ni savia para el duelo de los tristes.

Y así resistirá con arduo empeño
Que el tiempo desalmado, lentamente,
Transcurra como otoño de salitre
Sin que halla un solo instante en que, en su lecho,
Retoñe de las sombras, como Lázaro,
La frágil flor de un sueño inexistente.
¿Cuánto dura en lo yerto la desdicha?
Como la aurora, nunca eternamente.

Algunos, sólo algunos, de entre aquellos
A los que tanto quise, a los que aún quiero,
Me han demolido, reducido a polvo;
Mas polvo que hasta el fin del tiempo exánime
Que pudre sus vestigios sin futuro,
Llevará dignamente el crudo espanto
De polvo ser, sin vida, enamorado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Maravilloso poema Rafa...
Abrazos

Anónimo dijo...

"¿Cuánto tarda en pudrirse el hueco frío que deja en la memoria un sueño exangüe?..."
Siempre he creído Rafa, que lo verdaderomente sublime del amor es eso, AMAR, el que te amen ya es otra cuestión.

Un abrazo grande como tú, poeta del más allá.

Piscis dijo...

Hermosos. Poema y Roble...

Abrazo...

Capochoblog dijo...

No me gusto :S

Ojo, no lo critico, pero no me gusto. (He entrado, lo he leído y releído y nada; se me atraganta!)

Besos.

ralero dijo...

No te preocupes Nany. Y critica todo lo que quieras. La crítica es un regalo que siempre hay que agradecer. Si te soy sincero a mí la mayor parte de lo que escribo tampoco me gusta -será que tampoco me gusta el que lo escribe-, aunque, sinceramente, éste en particular sí que me gusta.

Un abrazo.