A Rosa,
quién, por unos instantes, se vistió del color de la lila celeste.
quién, por unos instantes, se vistió del color de la lila celeste.
Un día te dije:
“Te querré para siempre.
Te querré para siempre
Por encima del tiempo,
Sin que importen distancias,
Más allá del silencio,
Del dolor y la risa,
Del olvido, la muerte…”
Y lo dije, sincero,
Sin pedir nada a cambio,
Pues pensé que el cariño
No es asunto de trueque,
Ni el abrazo un artículo
Que por ratos se alquila
O se compra y se vende;
Que el afecto entre dos,
Sin haber de pedir,
Ha de hacerse semilla
De abundantes cosechas
Resistiendo a las sombras
Como llama encendida.
Y me puse a sembrar
A pesar de tener
Mis dos manos vacías;
Y entre heridas abiertas
Germinaron jardines
Que sin fin parecían.
Pero luego un otoño
Pertrechado de inviernos
Congeló mis afanes
De frugal jardinero,
E hizo erial del jardín
Y pudrió las semillas,
¡Era tanto tu espanto
A mi amor sin medida!
Y la sal del desprecio,
Infectada de olvido,
Dejó aquella promesa
Yerma, triste y sin vida;
Que del grano más fértil
Cuando el viento es adverso
Sólo brotan cenizas.
5 comentarios:
Bonitos homenajes...
Un beso
Las promesas son pájaros en el viento del olvido, hermoso homenaje.
Más besos.
Apartando elcorazón de los asuntos...
Me siento culpable de haber removido tus raíces. Me dejas injustamente sin abrazo...
Lo mio, definitivamente es el destierro.
Y, si, yo si te dejo un beso sin fecha de caducidad.
Rosa
¡Madre mía Rafa!, tienes una fuene de palabras (cristalinas), ojalá sea inagotable, será bueno para tu salud mental, y para que nosotros, los que te leemos, tengamos estos momentos de dicha.
Un abrazo Rafa.
No amor, no; el cariño, el amor,... se dan sin pedir nada a cambio. ¡Qué razón tienes! Pero, a veces algunos nos defraudan.
Un besazo de tu reina.
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