El Calabacino

(Anti poema pornográfico y urbanístico)

Fiscales muy demócratas
que se tapan los ojos
y la nariz; que siempre,
los muy acojonados
o quién sabe que más,
se han dedicado a hacer la vista gorda
ante El Algarrobico, Isla Canela
y un sinfín de proyectos urbanísticos
aberrantes, hoy miran
con lupa y con el mazo
erecto como el miembro de un pollino,
hacia la aldea de El Calabacino;
ejemplo de gestión -autogestión-
sostenible, cabal y solidaria
de la naturaleza, el territorio.
Porque al capitalismo
nunca le ha interesado que pueda vislumbrarse
que hay otros modos y mejores
de hacer las cosas. Es por eso
que ahora están mirando los poderes
del Estado al servicio de las mafias
del totalitarismo financiero,
hacia El Calabacino,
con la intención de echarlo abajo, de arruinar
cualquier alternativa
viable que reduzca el botín de sus amos.
¡Viva El Calabacino!
Y aquellos que tratáis de echarlo abajo,
comeos en dos tiempos mi pepino.