martes, 13 de febrero de 2018

Poética


(La cuerda flora)

"Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan."

Alejandra Pizarnik

Ni viene la montaña
ni yo soy un profeta
—profetas nunca ha habido,
tan sólo embaucadores
y algún corazón cándido.
Por eso pinto a tientas,
sin brújula ni mapas,
en el vacío eterno
de la cellisca, estelas
sólo de ida, pues nada
regresa de la nada.
Cuando la tempestad
arrecia y pasma y ciega,
como todo funámbulo
desfallezco rendido.
Pero en los pocos días
en los que el sol asoma
desafiando al tormento
del diluvio incesante,
cuelgo sobre la cuerda
floja del desencanto,
mis alas a la espera
de que un rayo de luz
las tiña de arco iris
y sueños que, a manera
de pértiga, me sirvan
para seguir pintando.
Ni viene la montaña
ni yo soy un poeta
—poetas nunca ha habido—
buscando la belleza
ni sosegar el hambre.
Soy un pájaro jaula,
un colibrí pincel
vestido de cenizas,
que sobre el palimpsesto
estéril de lo bello
dibuja series negras
buscando hacer jirones
las máscaras del cántico.

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