Existen muchos modos.
Quizás tantos o más
que granos incontables
de arena en el desierto.
Todos resultan arduos.
Pero el ánimo puede
siempre ser adiestrado
para asumir con temple,
entereza y sosiego,
el espantoso trance
que conlleva ese tránsito.
¡Mas que hirsuta excepción¡;
para hacerlo de amor
nunca existieron pautas,
nadie está preparado.
2 comentarios:
¿Por qué será?
Buenas noches.
¡Nadie?... yo creo en la oportunidad y en la parada de los sutobuses; un gran poema.
Un abrazo.
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