"Tú tienes alas y yo no: con tus alas de mariposa juegas en el aire, mientras yo aprendo la tristeza de todos los caminos de la tierra."
Dulce María Loinaz
Ojalá nunca sientas
cuán duro es que te traten
aquellos que quisiste,
que sigues aún queriendo,
igual que a un apestado.
Que anhelando acercárteles
como un perro aterido
buscando al menos de ellos,
tras un largo abandono,
una palabra amable;
eleven insalvable
frente a tu afán, apenas
agónica esperanza,
la aséptica barrera
del más hondo silencio;
los muros del desprecio
como una cuarentena
sin límite de tiempo,
como un profundo abismo
con fauces de Leteo.
Que trates de tender
un puente hasta su mundo
y, a hachazos inclementes
de hirsuta indiferencia,
lo abatan, hecho añicos.
Que en tan vasta impotencia,
te arrojes al vacío
y, al ir a abrir las alas,
tan sólo halles muñones
sin aire en tus espaldas,
quedando así a merced
del insondable infierno
donde muda en cenizas
el futuro en el óxido
del tiempo detenido.
Ojalá nunca sientas
lo que siento y habré
de seguir aún sintiendo
hasta el golpe de gracia
que me hermane al vacío.
2 comentarios:
Que certero es el primer verso,ojala nunca lo sienta,ni sienta ese dolor que se siente ..aunque tant@s sabemos como es.
Besazo!!! y BON DIA!!!!
Qué duro...
Beso, poeta.
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