a L.R.
Recuerdo con nostalgia
aquel primer poema;
aquel en que te hablaba
del brillo de una estrella,
un gnomo y renacidas
creencias en la magia.
No fueron buenos versos;
mas tú los valoraste
como si hubiesen sido
de Borges o Cortázar;
como una sinfonía
de Mozart o de Mahler,
o el Himno a la Alegría
de Ludwig van Beethoven.
Ya ves que, con el tiempo,
mis versos han ganado
en ritmo, rima y métrica,
así como en retórica;
mas ya no hablan de magia,
estrellas, fe, esperanza,
y suenan sus acordes
a endecha y elegía.
Y hoy que, cuando rasga
sus fúnebres mordazas,
tan sólo, a tus oídos,
estruendo es mi poesía;
recuerdo con nostalgia
aquel primer poema.
aquel primer poema;
aquel en que te hablaba
del brillo de una estrella,
un gnomo y renacidas
creencias en la magia.
No fueron buenos versos;
mas tú los valoraste
como si hubiesen sido
de Borges o Cortázar;
como una sinfonía
de Mozart o de Mahler,
o el Himno a la Alegría
de Ludwig van Beethoven.
Ya ves que, con el tiempo,
mis versos han ganado
en ritmo, rima y métrica,
así como en retórica;
mas ya no hablan de magia,
estrellas, fe, esperanza,
y suenan sus acordes
a endecha y elegía.
Y hoy que, cuando rasga
sus fúnebres mordazas,
tan sólo, a tus oídos,
estruendo es mi poesía;
recuerdo con nostalgia
aquel primer poema.
2 comentarios:
¿Dónde se fueron las estrellas, la fe,la magia? ¿por qué siempre terminan robándolas?
Genial reflexión hecha poesía. Cuando sentimos la poesía no tenemos palabras para darle forma y cuando tenemos palabras para darle forma apenas la sentimos. Así es la vida, cobrándose en cada momento su porción.
Saludos
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