domingo, 9 de diciembre de 2007

"Incivilis"



En el vientre de este monstruo
que han parido las ruinas
de la ciudad y los hombres,
impera
              la soledad;
una orfandad sin mirada
urdida en la muchedumbre.

Sin corazón, yo, también,
soy parte de su alimento;
desabrido,
                 desolado.

Me despoja cada día
de un trocito de alma viva
que deglute, corrosivo,
entre saliva homicida,
para después,
                      lentamente
deleitarse con la sal
que arde en sollozos sin ojos.

Enmudecen las alarmas
porque nadie las percibe,
Sólo el que se encuentra

                                                      solo.

¡Cuán solos estamos todos!


Noviembre de 2006-marzo de 2016

Fotografía: Claudia Rogge.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me siento identificada con tu poema sobre la soledad. Quizás porque es más general y profunda en esta sociedad, paradójicamente, de la "información" y la "comunicación"...aunque no se diga abiertamente.

Abrazos