lunes, 1 de octubre de 2018

Paisajes huelváticos (15). La ribera del Múrtigas (Sierra de Aracena). (Carlos Parejo)


Nos hemos trasladado al rincón septentrional onubense para contemplar el paisaje del principal y más largo cauce fluvial de la Sierra de Aracena, el del río Múrtigas.

Ha sido secularmente un paisaje rural de alto valor productivo, tanto por el uso manufacturero que proporcionan la potencia de sus aguas (para mover molinos y batanes) como por lo prolífico de los frutos que se cosechaban en las huertas de sus vegas inmediatas. Y sólo de modo accesorio se destacaba antiguamente el atractivo de su paisaje natural. Así un texto del año 1891 señala que: “Sentimos una brisa agradable al anunciarse el lozano valle que fertiliza el río Múrtiga (…)”.

Curiosamente, no será hasta mediados del siglo veinte cuando comience a valorarse como paisaje natural, es decir, para el ocio y disfrute de la naturaleza. Así, un texto del año 1947 menciona al respecto la placidez de su bosque de ribera: “Te cercan alamedas rumorosas/donde abundan las sombras deleitosas/esmaltadas de líquenes lucientes./Con el negro esplendor de sus plumajes/no cesan de saltar por los ramajes/los mirlos, con sus silbos estridentes.”

Y mucho más recientemente, un texto del año 2015 vuelve a insistir en las sensaciones placenteras de dicho bosque de ribera: “el sonido del viento sobre las hojas de chopos y fresnos, junto con el croar de ranas y sapos, acompaña al caminante en su travesía”. Si bien, este viajero se fija en otros elementos como la diversidad de su paisaje lineal: “Es un paraje lleno de contrastes. En él se conjugan sierras lineales cubiertas de vegetación, barrancos profundos y el bosque galería que acompaña al río.”

Hoy día los viajeros coinciden en proponer que la Ribera del Múrtigas sea acondicionada en todo su itinerario como ruta turística, teniendo en cuenta sus ricos y diversos patrimonios: “patrimonio geológico (Mina María Luisa, canteras de mármol de Fuenteheridos, grutas y cuevas); botánico (bosque esclerófilo, bosque de galería, castañar y dehesa.); de fauna (están identificados 235 especies de vertebrados, entre pájaros, mamíferos, reptiles, anfibios y peces, algunos de ellos endémicos), etnográfico (folklore, fiestas, romerías y tradiciones locales), gastronómico, arquitectónico (puentes, presas, castillos, iglesias, ermitas, lavaderos, etc..), arqueológico, agrario (cultura hortofrutícola, lievas, albercas y acueductos para el riego, molinos de aceite y de cereales, huertas, ruedos) e industrial (central hidroeléctrica, batanes, ferrocarril, fábricas de aguardientes, mataderos y secaderos)”.

La biodiversidad es otro rasgo que singulariza el paisaje de la rivera del Murtigas. Si bien, se trata de un patrimonio natural que se ha ido descubriendo lenta y progresivamente, ya que anteriormente se valoró en mayor medida por sus usos productivos tradicionales. Ya en el año 1756 se menciona que: “Se hallan aquí peces muy gustosos de distintas clases y galápagos tortugas”. Y un texto del año 1947 alude a su avifauna más característica: “Con el negro esplendor de sus plumajes/no cesan de saltar por los ramajes/los mirlos, con sus silbos estridentes.” Hoy día, los naturalistas han inventariado toda su fauna con detalle: “están identificadas 235 especies de vertebrados, entre pájaros, mamíferos, reptiles, anfibios y peces, algunos de ellos endémicos…”. Y no se le escapan al naturalista ninguna de sus principales especies animales ribereñas: “viven numerosas especies animales. Desde las libélulas y coleópteros acuáticos hasta cangrejos autóctonos como el ibérico…y en sus aguas tienen una representación muy particular peces de aguas limpias como colmilleja, barbo, anguila, jarabugo y pardilla. Entre los anfibios se encuentran la rana verde, la ranita de Santiago, el sapo común, el sapo partero, el sapo corredor, la salamandra, el gallipato y los tritones verde y jaspeado. Y entre los reptiles la culebra de agua o viperina, la culebra común y el galápago común y europeo. Pero si algo hace típico a esta ribera son los cantos de las aves como ruiseñor, curruca, mirlo, Martín pescador, junto a la presencia de grandes aves como las cigüeñas blanca y negra o la garza real.”


(¢) Carlos Parejo Delgado.

Fotografía: Daniel Pérez Alcaraz.

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