En el debate celebrado ayer tarde en el Parlamento de Andalucía en torno al reciente incendio con origen en Moguer y que ha afectado a más de 8000 hectáreas situadas en gran parte en el Espacio Natural de Doñana, ha habido alguna intervención antártica y en gran parte ininteligible y fragmentos de otras que, en la molesta opinión del que suscribe, podrían ser calificadas de negligentes. Pero la réplica del Consejero (*), no sabría decir si por estupidez o muy mala uva, ha sido incendiaria de cojones.
Es una opinión —eso sí, fraguada tras haberse tragado este servidor de ustedes el citado debate desde el aperitivo a los postres—, pero pronto será público el Diario de Sesiones por si alguien se anima a echarle un vistazo para coincidir o discrepar.
(*) Tono chulesco y amenazante más propio de un vulgar proxeneta ebrio hasta las heces en un tugurio de mala muerte, que de un Consejero ante el máximo órgano de la representación del pueblo andaluz. Ante determinadas cuestiones —como, por ejemplo, si la empresa carbonera presuntamente origen del incendio había sido objeto de inspecciones periódicas para constatar que todo estaba en regla, o posibles soluciones al riesgo que suponen los asentamientos de inmigrantes en áreas forestales—, la callada por respuesta. Algunas perlas (transcritas de memoria): "Usted no tiene ni repajolera idea". "El que se pica, ajos come". "Se ha quemado una parte de mi alma." "Estoy seguro de que aquí hay grupos parlamentarios que se habrían alegrado de que Doñana hubiese entrado en la lista negra de patrimonio en peligro de la Unesco"...
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