Hay fechas en
la vida
que son inolvidables.
Un 23 de octubre;
tú, en la
ventana y yo,
ahogándome de sed bajo la lluvia.
Fue el principio del fin.
Y qué lenta agonía.
Me da
miedo la muerte,
pienso a menudo en ella:
no es
nada,
sólo olvido.
la vida
que son inolvidables.
Un 23 de octubre;
tú, en la
ventana y yo,
ahogándome de sed bajo la lluvia.
Fue el principio del fin.
Y qué lenta agonía.
Me da
miedo la muerte,
pienso a menudo en ella:
no es
nada,
sólo olvido.
1 comentario:
La muerte, como dice el conde de Montecristo de Alejandro Dumas, antes de un duelo a pistolas, te aporta un grado más de calma y dos grados más de silencio.
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