miércoles, 23 de enero de 2013

Poemas serios (XVIII)


No será, lo presiento.
En mitad de la noche
–tiniebla inabarcable enmascarada
por un plácido sueño–
me desvelo rodeado de lobos en un páramo
atestado de nieve.
No debería estar aquí a estas horas
–en este no lugar que arde sin tiempo–
anegado de vértigo y matices
que desnaturalizan lo innombrable.
Pero recuerda siempre
aquello que no habré de reiterarte:
lo exánime a pesar de ser rescoldo,
lo absurdo por prohibido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué mundo tan terrible puede ser el de las pesadillas