martes, 3 de mayo de 2011

Seguidilla (XVII)


Que me entierren desnudo
de ataúd y traje,
que igual que vine al mundo
quiero marcharme.

Y que una lila
traiga a mi tumba el viento
de amanecida.

3 comentarios:

Milena dijo...

Pues sí, Poeta, ¡qué menos que alguien pueda dejar una flor donde nuestro cuerpo yace !

Incluso los más miserables (estoy pensando en el cuerpo de B. Laden arrojado al mar ) tienen derecho a los suyos y a ser despedidos, abrazados, llorados..... o acaso impedirlo nos hace "más humanos"?

Besos

Milena dijo...

El presidente de Perú, Alán García, ha hecho un paralelismo entre la caída de Bin Laden y la beatificación del Papa Juan Pablo II.

Dice que nuestro "querido pastor"
J. Pablo II ha hecho su primer milagro llevándose de esta tierra a la "encarnación del mal" al "encarnación demoníaca del crimen y del odio".




¡¡¡Ay, pero no se ha llevado al Capitalismo.... este nuestro querido pastor!!!!

MaLena Ezcurra dijo...

Llenaré de lilas tu tumba pero antes llenaré tu vida.


MaLena.