lunes, 19 de mayo de 2008

Ese tren sin real destino


A Paco Arroyo


“O Poeta é um fingidor"

Fernando Pessoa



Me traiciono en mis poemas.

Porque el grito y el lamento

No necesitan palabras;

Basta poner en el viento

Toda la sangre agolpada

En el pulmón purulento

Para lograr que entre el aire

Balsamando el sufrimiento.


Me traiciono en mis poemas.

Transmitir los sentimientos,

Que en las vísceras me nacen,

Y que ajeno entendimiento

Pueda descifrar sus claves

Y, cual suyos, acogerlos,

Requiere que yo me afane

Como artesano del verbo.


Me traiciono y me traiciono

Y transformo “ayes” en versos,

Transmutando mi dolor

En dolor del Universo.

Con la rima y la medida,

Con la elipsis y el hipérbaton,

Con anáfora y metáfora,

Con metonimia y retruécano.


Me traiciono pues procuro

Que la arritmia y el estruendo

De mi centro desbocado

Tengan un ritmo de arpegios;

Que mi estrépito es Babel

Que en mi canto traicionero

Obra el fúlgido prodigio

De ser legado sincero.


10 comentarios:

Anónimo dijo...

Es de una belleza irrebatible.

Besos.

Anónimo dijo...

Una traición curiosa, que puede echar fuera el dolor en forma de hermosa y sincera poesía, un abrazo

Anónimo dijo...

PLAS, PLAS, PLAS!
Rafa, te acabo de mandar un mail y al leer, inmediatamente después, este poema, me estás dando toda la razón. Eres increíblemente poeta.

Un beso, grandote

Aviso a Paco ahora "mismito".

Anónimo dijo...

uffff ésto ya me supera... simplemente me arrodillo Rafa Rafa
Rafa...

Anónimo dijo...

Plasmar en forma de letras los sentimientos no es traicionarse. Hay veces que sí, que lo he pensado cuando todo el torbellino de lágrimas, de dolor, de decepción y muy pocas veces de rabia, se apoderan de mí. Pero Rafa, hay veces que si lo escribes das forma material o gráfica a esos sentimientos y parece así que los puedes arrancar en cierta manera, aunque sea un poco, de tu alma y sientes menos dolor.

No es traicionarse. Es una terapia que necesitamos de vez en cuando.

Maravillosa tu poesía, Rafa.

Un beso muy grande.

Anónimo dijo...

Sigue tañendo esas liras,
Bálsamo de tus/nos lamentos
Da igual con elipsis o hipérbaton
Anáforas metáforas o retruécanos

Pero sigue, Poeta, no ceses
De ese verbo fingimiento

¿No ves que sin ello hemos
La sangre agolpada dentro?

Anónimo dijo...

Traici�nate, Rafa... porque en tu traici�n bebe fidelidad mi mirada..
Genial, genial, genial.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Tu verás Rafita, en cuanto te lo trinque el Paco te lo destroza en la autopsia. Eres un bendito osado.

Ron miel (que no llegué a probar, por cierto) y avellanas tostadas.

Anónimo dijo...

Hola, hola, hola!!!! Victoria me lo dijo y diligente lo busqué. Aluciné. Me encantó y emocionó. Es un poema rotundo y redondo, con sabiduría popular, universal y personal. Con gracia, contundencia y distancia. Apasionado, crítico y didáctico. Con cierto regusto barroco, entre gongorino y quevedesco; esproncediano, unamunesco, hernandiano y celayesco. El otro día, cuando lo leí, me puse a comentarlo y, cuando quise enviarlo, me lié y lo perdí. ¡Y mira que me salió mono! Valga esta no tan inspirada reconstrucción.
Y muchas, muchas gracias, por la dedicatoria, poetazo.
Paco Arroyo

Anónimo dijo...

Gracias, Paco. Ya, ya me contaron tu pelea con la ventanita de los comentarios. Me alegra que te haya gustado. Lo hice con todo cariño.

Verás, siempre he pensado que en poesía es muy importante la técnica a fin de tratar de "universalizar" los contenidos de un poema y de dotarlo de musicalidad, al fin y al cabo un poeta no es más que un músico frustrado. No obstante, la técnica es algo que se puede adquirir -mejor o peor- con la práctica. Y antes y más importante que la técnica está la "inspiración" o capacidad para generar ideas poéticas y transformarlas en imágenes. Así, hay grandes versificadores que nunca podrán ser considerados poetas, les falta esa chispa, y también grandes poetas que sobre todo escribieron en prosa. Lo ideal es la conjunción de ambas cosas, de chispa y técnica.

Todo este rollo viene a que el mérito de éste poema en un 99% pertenece a Pessoa, el foro de la palabra y sobre todo a un señor llamado Paco Arroyo que en una magnífica velada hizo saltar esa chispa a la que yo después casi tan sólo apliqué la técnica. Eso sí, ese 1 % es mío ¡eh!

Abrazos.