jueves, 20 de diciembre de 2007

El nacimiento del vampiro


Ya sé que no habrá paz
jamás en este abismo,
que la felicidad me fue extirpada

por siempre, por los siglos
de los siglos,
hasta el fin de los tiempos.
Me fueron lentamente arrebatadas,
en mitad de la noche, a dentelladas,
en la espera sin fin, la ignominiosa
espera de una aurora
emponzoñada de recuerdos falsos.
Pero hete aquí que, inesperadamente,
desde el estéril fondo donde yacen
las trémulas cenizas
de la última gota de mi sangre,
me han nacido unas garras, alas
negras,
afilados colmillos,
con los que arremeter contra el vacío,
perforar las arterias, oscurecer las sombras,
desgarrar las pupilas
al espanto.
En lanzas se han mudado los escudos
y oh, dios, cuán gran terror
me embarga por las ansias infinitas
que me empujan a usarlas.
 
(Diciembre 2007 - septiembre 2012)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ui,"Nosferatu"

un abrazo Rafa!!!

Anónimo dijo...

¡Qué miedo!
Aunque la figura del vampiro condenado a matar para vivir, el hechizo de la sangre y de los dientes afilados es súmamente erótico -pero da un poco de yuyu-