Soy aquél que no regresa
desde el agua empozada del silencio
y se ahoga en santuarios de oraciones
que siempre carecieron de semántica.
¿Dónde se oculta la palabra
que abre el corazón de la estancia
donde ardieran las cenizas como un pétalo sin flor?
¿Dónde el oído atento?
¿Dónde la voz, dónde?
¿Dónde un poniente en tránsito
que arrastre los dictados sin esencia
más allá de las brumas de la noche
donde las palabras ya
----------------------------------- no importen?
Soy aquél que se ha perdido
bajo el hondo gemido del silencio.
desde el agua empozada del silencio
y se ahoga en santuarios de oraciones
que siempre carecieron de semántica.
¿Dónde se oculta la palabra
que abre el corazón de la estancia
donde ardieran las cenizas como un pétalo sin flor?
¿Dónde el oído atento?
¿Dónde la voz, dónde?
¿Dónde un poniente en tránsito
que arrastre los dictados sin esencia
más allá de las brumas de la noche
donde las palabras ya
----------------------------------- no importen?
Soy aquél que se ha perdido
bajo el hondo gemido del silencio.
Noviembre de 2006
5 comentarios:
las palabras siempre han de importar, aunque eso es solo teoría.
Un beso grande.
Tus profundos poemas no me dejan indirente, semántica aparte...
Sintonizo con ellos por la melancolía y la soledad que encierran, de las que están plagadas también los míos.
Y más que las palabras, los actos...
Abrazos.
El silencio nos envuelve y nos lleva con él muchas veces.
Saludos!
Las palabras se esconden en la tinta de tu pluma.
Besos
Gracias por vuestros comentarios y vuestro aliento, de corazón.
Abrazos.
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