miércoles, 26 de diciembre de 2007

Tensión


Oh tú, mi dulce abismo,

Que amantísimo esperas acogerme en tus brazos;

Tú que harás del velamen desgarrado,

Leve hoguera en el viento con lengua de cellisca,

Polvo menguado en cenizas sin hálito;

Oh tú, silencio, sal, olvido, bálsamo,

Sombra exangüe vestida de amarillo,

Detén un poco el paso

Que ya siento tu frío corriendo por mis venas

Y aún llevo un incendio latiendo en mis entrañas;

Oh tú, con cada albor más necesaria,

No complazcas tan pronto mis anhelos

Que intento en mis heridas levantarme

Y seguir naufragando de la mano

De la desesperanza.

Fotografía: Esao Andrews.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Un aire a Shakespeare!...rafa...la melancolía es dulce pero solo si no nos paraliza o nos sume en la deseperanza...siempre estamos a tiempo de todo...aún de las renuncias.Buen pero que muy buen 2008!Un abrazo

Anónimo dijo...

hola me encanto tu blog...

Anónimo dijo...

Tus poemas melancólicos son desgarradores por lo bien que lo expresas. Y sí, a veces la melancolía es mejor que el vacío, porque también nos hace sentir vivos.

Abrazos

Anónimo dijo...

Y yo vuelvo sin saber què decirte.
Me llenas de tristes y melancòlicas imàgenes y por momentos me quitas del mundo y me lanzàs a los abismos.
Un abrazo, Rafa

Anónimo dijo...

¡De asombro este poema, Rafa!
BESOTES

Anónimo dijo...

Y este canto, esta invocación al estilo griego, ¿a quién le cantas, poeta? Un abismo -tu propio yo- que te quemará suavemente -leve hoguera- y al que sin embrago le pides que no venga todavía. Se acerca frío -pero quema y de él aún llevas su recuerdo -incendio latiendo en tus entrañas-. ¿Qué es?¿Qué es?¿Qué es?