Imagínate un torrente,
De alta montaña, buscando
Su cauce entre las rocas;
Despeñándose, rompiendo
Sobre aristas afiladas
Que hacen saltar, como gotas
De sangre clara, añicos
De la frescor de su origen,
Dando a luz pequeños arco
Iris al sol, espejismos
Coloridos que se esfuman
Arrastrados por el viento.
Imagínatelo roto
Una y millones de veces,
Rehaciéndose de nuevo
Por la fuerza que le otorga
Su dulce ensueño anhelante:
Verdor de un valle acogiéndolo.
E imagínalo al final
De su periplo, frustrado,
Entre arenas de un desierto
Que lo engulle calcinante.
Imagina todo esto
Y a mis latidos buscándote
Sobre arenales hambrientos
Como la herida sangrante
Que me abriera en medio el pecho
El buscar sin encontrarte.
2 comentarios:
Muy sugerente la imagen, o, por mejor decir, el contraste de imagen. Me ha gustado.
Y como 'urbanita' con aspiraciones de naturaleza, he estado todo el poema deseando ir a disfrutar del rumor del torrente, a algún paisaje como el de la foto.
verdaderamente he imaginado el rio, tan parecido al mio, quebrandose, y en cada quiebro, una grieta silbante...
precioso, me ha gustado mucho...
saludos
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