jueves, 31 de mayo de 2007

Antítesis

No, no es la esperanza

lo último.

Yo la perdí

y ya veis

aquí sigo

arrastrándome

arrastrado

arrastrando / este dolor

del que no puedo desprenderme.


Diecinueve de junio de 2006

Blues ciego

El sur es un desierto que llora mientras canta

Luis Cernuda


De la música clara de tus ojos celestes

Ha germinado un blues. Como cáncer

------------------------------------------------------ oscuro,

Como icor, como daga, como muro

Sin rendijas abiertas para verte,

Partitura de sombras.

------------------------------ Perezoso, el cortejo

Avanza entre las tumbas con la cadencia triste

De miradas robadas a sus pasos

Sin huellas.

---------------- A estos rincones del alma

No acuden los turistas, y el blues más genüino

Es cizaña en silencio para locuaces buitres.

El desencuentro

Cuando al fin encontró a la mujer de su vida, ella vivía ya sin esperanza.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Pruebas de sinceridad

Nunca podré confiar plenamente en quienes desvían la mirada cuando me hablan ni en quienes no beben vino.

A modo de poética

Prometeo, de Peter Paul Rubens (Museo de Arte de Filadelfia)

(Del gris de la añoranza)


Se desangra en mis versos, rendida la esperanza.

Azucena en el aire marchitada a lamento

Que en cenizas sus pétalos, se disuelve en el viento

Con aroma a pavesas del gris de la añoranza.


Imposible el olvido,

--------------------------- ante el grito vencido

Por ahogadas luciérnagas, ya tan sólo me queda

La tinta ensangrentada que en mis manos hereda,

Como aullido de ergástula, la firma de lo herido.


Heredad que destapa el ayer sin esencia

Permitiendo a Pandora que enclaústre y destroce

Por ansiar el ardor, mi postrera creencia.


Y la piel del papel se estremece ante el roce

De un dolor sin desprecio que reclama clemencia,

Y recibe fantasmas al dindón de las doce.


Noche de San Juan


Aquella noche lo perdieron todo. El fuego, insaciable, engulló montes, huertos, casas, ganado… A algunos les arrebató la vida. Como medida ejemplarizante, fue encarcelado el tonto del pueblo, que, en su candidez, no supo fraguar coartada. Nadie pensó, siquiera un instante, en la posibilidad de su inocencia; en que, en justicia, merecía la oportunidad de poder defenderse, de ser defendido. Estaban muy ocupados barriendo cenizas.

Después, en compensación, el gobierno les construyó una carretera y un hotel de cinco estrellas; para hacer más agradable la estancia y permitir un mejor acceso de autoridades y turistas, ávidos por contemplar, morbosos, el “día después” de la catástrofe.

Sí, era una gran carretera; ideal también para facilitar la llegada de las máquinas urbanizadoras , pero, sobre todo, para potenciar el éxodo.

Progreso. Sólo progreso.

Uno de octubre de 2005

Paso a paso

Van errabundos mis pasos

Sin paso al frente ni huellas

Del manicomio al cadalso.


Siempre he buscado

------------------------------ gritar por el hombre,

Por primaveras de paz y de sueños.

Pero, perdido en las letras de un nombre,


Me extravío en mis zapatos

Con los cordones al cuello,

Teñido de camposanto;


Pero que yazca

----------------------- dejadme en mi invierno

Sin tener que saber de paraísos

Mientras mis huesos se pudren de infierno.


(Un círculo, dos círculos, tres círculos…

Sigo hasta llegar a nueve.)

martes, 29 de mayo de 2007

Antes del hasta siempre

Y en esta noche sin magia
para que pueda soñar
cuéntame un cuento de hadas.

Tempus fugit

Pasa ante ti mi ataúd
con tu cadáver dentro.


Diez de julio de 2006


Crudeza

No hay cenizas más exangües

Que las fraguadas sin fuego,

Cenizas yermas que nacen

Sobre túmulos sin tiempo.

lunes, 28 de mayo de 2007

La erótica del gol

A veces,

Cuando asidos a la cuerda floja del bar de la esquina –una inmensa pantalla plana equipada con esa moderna tecnología que han denominado los expertos TDT-,

Casi todos y cada uno de mis convecinos –y algún que otro desconocido al que no he visto antes en mi puñetera vida-, andan más que pendientes del posible acierto de la pierna diestra del delantero centro–y eso que es izquierdo-

Como si en ello les fuese un aumento considerable en su paupérrimo sueldo,

La estabilidad definitiva para su precario y descorazonador empleo

O unas migajas de felicidad pasajera para su hastiado y rutinario matrimonio;

Y más, mucho más aún,

Cuando el sin par ariete,

Dando muestras del mayor grado de inteligencia posible para el que están capacitadas sus meninges,

Logra introducir de un tremendo patadón la coquetona pelotita hasta el mismo fondo de la jodidísima red,

Y todos gritan y gritan alborozados con la adrenalina y la testosterona por las nubes

Y se abrazan ebrios de una autoestima que me resulta inexplicable

Y se cagan mil y una veces en la perra de la puta madre que pariera al cabronazo del portero del equipo contrario –“menudo mamón el manoplas, hace tiempo que deberían haberle arrancado a bocados las dos piernas y hasta las mismas pelotas”, las suyas, claro-

Entonces

Me imagino empuñando un revólver y

-Pum, pum, pum

---------------------------Pum, pum, pum

-----------------------------------------------------Pum

-------------------------------------------------------------Pum…-

Dándome el inmenso gustazo de librar al mundo de tanto cretino descerebrado y baboso.

Después, cuando recapacito y consigo calmarme un poco,

Me inundan nauseabundos sentimientos de culpa a causa de mis manifiestas intolerancia y prepotencia,

Y me digo:

“Todos, jodido capullo, tenemos derecho a agarrarnos con uñas y dientes a cualquier quimera que se ponga a tiro en busca de ese minúsculo pedacito de El Dorado que nos robaron,

Sobre todo cuando al fin las verdaderas esperanzas han terminado derivando en absurdos sucedáneos sin valor ni brillo,

Y tú, tío,

No eres más que un maldito desgraciado que nunca supo vivir la vida.”

Es entonces cuando se transforman en oscura pesadilla mis dulciamargos ensueños de vigilia

E imagino

El extremo frío y acerado del cañón de la pistola apoyándose de forma hiriente sobre mi sien derecha

Así como el dedo índice de mi diestra temblorosa y vacilante–tan siniestra-,

Presto, más o menos, a apretar el gatillo con gusto…

¡GOL, GOL, GOL, GOOOOOOOOOOOOOL! Otra vez la puta pelotita lamiendo el palo derecho para batir de manera irremediable al vilipendiado cancerbero –que pronto será sentenciado a la ignominiosa condena de chupar banquillo-

Y una vez más, ¡cojones!,

Vuelvo a creerme despierto.

Las leyes (un "cuento" de Gibrán Jalil Gibrán)


Años atrás existía un poderoso rey muy sabio que deseaba redactar un conjunto de leyes para sus súbditos. Convocó a mil sabios pertenecientes a mil tribus diferentes y los hizo venir a su castillo para redactar las leyes. Y ellos cumplieron con su trabajo.

Pero cuando las mil leyes escritas sobre pergamino fueron entregadas al rey, y luego de éste haberlas leído, su alma lloró amargamente, pues ignoraba que hubiera mil formas de crimen en su reino.


Entonces llamó al escriba, y con una sonrisa en los labios, él mismo dictó sus leyes. Y éstas no fueron más que siete.


Y los mil hombres sabios se retiraron enojados y regresaron a sus tribus con las leyes -que habían redactado. Y cada tribu obedeció las leyes de sus hombres sabios.


Por ello es que poseen mil leyes aún en nuestros días. Es un gran país, pero tiene mil cárceles y las prisiones están llenas de mujeres y hombres, infractores de mil leyes. Es realmente un gran país, pero ese pueblo desciende de mil legisladores y de un solo rey sabio.



Imagen de la ilustración: Código de Hammurabi, Museo de El Louvre, París.

Loco lamento

(Agua acero)

…y sosteniendo el cielo derrumbado como un sollozo retenido.

Vicente Aleixandre.


Trece siglos de hecatombe como iglesias de aguacero,

Y noctívagas ebriedades de murciélagos sordos:

Polvo y ceniza en la marea. Mudo albañal. Todo barro.

Lúgubres ciénagas de túmulos sin plañideras

Van velando un funeral de emociones continentes,

Y una calidez, como de sol, inesperada en el rostro,

Penetra en las pupilas de los ojos renegados sin mirada

Que husmean las breves raíces de la feraz tormenta en flor

-Por si acaso un porsiacaso, cual pecado, los siete colores capitales

Se arqueasen musicales en virtudes de aroma manifiesto y de peces de alas blancas-.

Pero ya no es tiempo de acuarelas, ni el fulgurar de un relámpago

Abre sus suspiros sin disfraces como pétalos y vuelo.

Ocho círculos sin tangente se han cerrado a cal y cardo;

Y en la antesala: un viento -puerta abierta como fauces y candado-.

Me presagio en un fondo frío de brasas de hielo en sangre:

Pilas de cobalto añejas para un péndulo de vaivenes oxidados

Y agujas que se quiebran en añicos y asperezas

De una bruma de obsidiana…

Estéril.


Doce de noviembre de 2006

domingo, 27 de mayo de 2007

Biografía de un delincuente (un poema de José Manuel Mariscal)

Sabíamos que moriría,
tenía fecha fija.
Llevábamos tiempo queriendo acabar con él.
Mató más que ningún otro,
inventó nuevas formas de hacerlo.
Vendió una imagen aséptica, inocente, neutral.
Pero nadie que lo conociera bien se la creía.
Cuando por fin murió,
Todos ya sabían su epitafio:

"Aquí yace el siglo veinte, enterrado
entre sus muertos.
Olvidadme y seréis felices."

José Manuel Mariscal Cifuentes.

(De "La filosofía de los semáforos")

Eros puede esperar


Bar del Folies-Bergère. Edouard Manet.

(Elena)

Gozabas enseñándome las tetas
Al servirme cada noche la cerveza
Tras la barra del bar de tu padre.
Yo trataba de que no me atraparan con todas mis fuerzas,
Pero ¡dios! ¡qué magnifico par de de tetas!, Elena,
Y siempre terminaba cautivando mi mirada
La promesa de placer que me ofrecías
Desde el fondo fabuloso de tu escote.
En mis ojos clavabas entonces como garras
Tus ojos de loba en celo reclamándome,
Pero en mi renuncia indeseada e insensata
Apuraba de un trago la cerveza
Para irme con un simple hasta mañana.
Cómo me arrepiento de mi absurda mojigatería
Y de no haberte propuesto al fin alguna noche
Irnos a fornicar a tu salida del trabajo como perros.
Pero yo te llevaba más de veinte años
Y la estúpida moral que me embargaba
Alzaba una barrera infranqueable
Que encerraba como ergástula el deseo.
Después, una noche, aunque bastante más negra,
Tal como otra cualquiera, tú
Ya no estabas, Elena.
Un traspaso inesperado de negocio
Y, desde entonces, ¡qué amargo!
En mi mirada vacía
El sabor de la cerveza.

sábado, 26 de mayo de 2007

Alí Babá es un nombre de mujer

Ronda una tribu de espantos

Mis noches hueras de estrellas,

Cuarenta randas robando

A mi azul póstumas huellas,


Y el mayor de los espantos

Del pogromo de la espera,

Esa daga atravesando

Mis entrañas con la ausencia.


Aterido de desiertos

Urdo en vano sortilegios

Para unirme a la cuatrera:


- Ábrete, ábrete, Sésamo!

(Se rompe mi voz gimiendo

En la inexpugnable piedra)

Enola Gay

No!
No penséis
Que es la noche
(Luz cegadora).

Son gota a gota las gotas
Turbias como llagas ulcerando la hipodermis.
Oscuros oscuros
Oscurísimos diluvios
Danzando y danzando aquelarres.
Cayendo y cayendo y cayendo
Incesantes.
Calcinando a borbotones la esperanza
Y el ala blanca.

No!
No penséis.
No hay dolor no hay dolor no hay dolor
Sólo muerte.

Mejor que mejor.
Si acaso tapaos los ojos
permitiéndoos el pasmo como escudo.
(“¡Guau,
Menudo pepinazo!”).

Mientras
Abajo
Allí
Muy muy muy
Abajo
En las simas abismales del infierno
Gime de espanto el lamento.

La espera


Uno siempre está solo
pero
a veces
está más solo.
Idea Vilariño


Elvira se asomó a la ventana. Faltaba ya poco para el sucio amanecer, y las estrellas continuaban sin verse reflejadas en los charcos. La calle estaba aún mojada, pero había dejado de llover. A lo lejos, junto a una farola de luz anaranjada, un borracho apuraba el último trago de la noche –lo supo por el modo en que alzaba el tetra-brick sobre su cabeza-, y, con sus amargas carcajadas, rompía fugazmente el silencio de una noche a punto de quebrarse una vez más sin sentido. El bochorno era plomizo, pero Elvira sintió frío, y una lágrima, enturbiando sus pupilas celestes, se abrió paso, irrefrenable, desde el corazón, recorrió cálida su mejilla fría y se precipitó en el vació hasta ir a parar a un charco que se estremeció como un sauce aterido de otoño y tempestad. El sonido de aquella furtiva lágrima, al percutir violenta sobre la prueba palpable de la lluvia reciente, hubiese roto los tímpanos a los mismos dioses. Pero ningún mortal escuchaba ya las lágrimas de Elvira. Sobre la mesa, extinguiéndose en la irrelevante llama, una vela roja consumida de hastío y desesperanza, y las sombras trémulas de dos vasos vacíos y una botella polvorienta sin abrir. Las mismas sombras de la noche anterior y de tantas otras noches sin estrellas. En realidad, aunque Elvira continuase esperando, la luz anaranjada que envolvía pegajosa la ciudad hacía tiempo que había desterrado injustamente la última estrella. El borracho, mientras orinaba en la acera, comenzó a entonar, con buen sentido musical y cuajado de melancolía, “Gracias a la vida”. Le hubiese bastado con descorchar la botella para abrir un claro en el cielo y prolongar la madrugada, pero Elvira cerró la ventana. Después, de espaldas a la calle y al murmullo de las gotas de lluvia que comenzaban de nuevo a repiquetear sobre los cristales, clavó su mirada en el teléfono amordazado para siempre. No sonó. La sombra de Elvira se proyectó temblorosa sobre la pared hasta que la llama de la vela dejó definitivamente de titilar en sus pupilas.

Dieciocho de junio de 2006.

viernes, 25 de mayo de 2007

Apología e hipocresía

Son demasiados los que, tras predicar en público la paz con vehemencia, se dedican a fomentar y a vivir de la guerra en secreto.

Cuando la lánguida rama

Cuando la lánguida rama,
no soporta ya más peso
y se quiebra en un suspiro
con acordes de lamento
es el momento preciso
de desplomarse al abismo...
O volar surcando el cielo.

(Ten tus alas bien dispuestas
para henchirlas con el viento).

Thanatos puede esperar

Vislumbro sobre el terrazo
Tan pulcramente pulido
De la sala número tres del tanatorio
A una cochinilla navegando a la deriva
Sobre un mar que parece alimentarse
De las aguas estancadas del Leteo.

Afuera imagino sinfónicos trinos que anuncian el alba
Mientras sigue su periplo de insecto solitario
Por la asepsia inodora que enmascara a duras penas
El mayor del mayor de los horrores.

Dudo entonces por un instante
Si espachurrar infalible con el pie
La insignificancia de la estructura que la sostiene
O sólo dejarla a su suerte
Proseguir deambulando lentamente
Tras la estela voraz e imperceptible
Que habrá de conducirla sin sentido
Al naufragio postrero de su muerte.

Finalmente
Más que nada por desidia
Acabo perdiéndole el rastro
Bajo la piel del sofá carmesí
Donde he pasado la noche
Cómodamente tumbado
Rendido al hondo cansancio
De un letargo enajenado de emociones.

Devuelto a la irrealidad
Por el rinrín del teléfono móvil
Me desperezo y me digo
Cuan contagioso es a veces
El sueño eterno sin sueños
En que se sumen los muertos.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Estaré un poco perdido

Hola queridas y queridos amigos. Me ha surgido un problema y en unos días no podré aparecer mucho por aquí ni por vuestros blogs para leeros. Os debo unos cuantos comentarios. Nos volvemos a leer en unos días. Sólo decir a el Viento que su soneto es impresionante. Ya te lo comentaré con más detenimiento.

Abrazos.

Bueno, ya todo pasó y estoy de vuelta, sólo que un poco cansado; han sido tres días muy duros. Espero, como muy tarde esta noche, volver a colgar alguna cosita y un nuevo video del día. Aunque si no tengo noticias del Kaiman de la Bahía, como el que está ahora es a petición suya, lo dejaré hasta que él lo vea.

Más abrazos y gracias a tod@s.

Como luz cegadora

Desde el fondo más oscuro y grotesco de la arritmia, puede nacer, como luz cegadora, la armoniosa belleza de un verso.

¿Es Aznar un facista?

En mi opinión: sí, sin ningún tipo de dudas, así de claro y contundente, yo tampoco voy a cortarme un pelo. Fascista, además de bocazas sin respeto hacia la democracia y los ciudadanos, y puede que hasta un esquizofrénico de alto riesgo.


“Cada voto que no vaya al PP será un voto para que ETA esté en las instituciones". Así se ha despachado: Y se ha quedado tan a gusto. ¡Vaya!, que yo, que ni sometido las más infames de las torturas votaría al Partido Populista –no sé, igual estoy confundido y se autodenominan Partido Popular-, estoy apoyando al terrorismo y, por tanto, no dejo de ser otro terrorista más. Bueno, ante tamaño insulto, que merecería la presentación de una querella criminal contra el charcutero de las Azores por parte de todos y cada uno de los ciudadanos españoles, y aunque suene soez, lo primero que me pide el cuerpo es referirme a toda su ascendencia familiar con intenciones escatológicas.


Pero mi indignación personal y mi descomposición intestinal ante tamañas estridencias, son lo de menos. Lo grave es que este ser ínfimo y esperpéntico, con su maniqueísmo patológico, está cuestionando gravemente la democracia y, en cierto modo, haciendo apología de la dictadura. Por que este querer etiquetar al ciudadano en dos únicos bandos, cuya única característica definitoria es la de formar parte del selecto clan de los buenos o del pelotón de los malos, es, no resucitar la memoria histórica para dignificar a las víctimas como cargados de razón moral están pidiendo muchos españoles, sino invocar a los fantasmas apocalípticos de un pasado sangriento.


Los buenos, como pensaron entonces los responsables de iniciar la masacre civil del 36, los que comulguen con mis ideas, y los malos, los rojos -aunque ya hoy el rojerío haya terminado por derivar en unos supuestos socialdemócratas en la teoría, que, en la práctica, ejecutan políticas que tan sólo pueden favorecer al neoliberalismo, y una izquierda, desafortunadamente residual, que manteniendo como principal estandarte de su filosofía a las ideas marxistas, a la hora de la verdad casi siempre enarbola el posibilismo como modus operandi, para no hacer otra cosa que más de lo mismo; dicho sea de paso, ese mismo posibilismo es el principal cáncer que está condenando a la izquierda a un proceso continuo de debilitamiento, al haber ésta abandonado su razón de ser más genuina: las ideas, entendidas como idealismo susceptible de ser puesto en práctica para avanzar hacia la realización de la Utopía. Pero, además, ese situar, a espero que una gran mayoría de ciudadanos tras el próximo día 27, en los oscuros territorios de la maldad, los condena a poder ser objeto injustificado de exclusión del contexto político. Un solo bando con la razón incuestionable de su verdad como bandera: Eso se llama totalitarismo, concepto que va unido indisolublemente a los de represión y dictadura.


Querer reducirlo todo a un solo tema y con dos únicos posicionamientos al respecto del mismo, sin que además puedan existir matices, y valorando cada una de esas posiciones contrapuestas, o como la perversidad más absoluta, o como un camino que nos conducirá sin paradas intermedias al más elevado de los paraísos que pudiéramos soñar nunca, sólo puede ser calificado como pueril o como interesadamente malévolo.


Entretanto, Rajoy, calla, no se sabe si porque otorga, porque no se entera, o porqué otro oscuro motivo.

martes, 22 de mayo de 2007

La podadora de margaritas




"Venid a ver la sangre por las calles,

venid a ver

la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles!"

Pablo Neruda

A veces, muchas veces, me pregunto
Por qué motivo los hombres de Estado
Que misericordiosos engendraron
Aquella, entre otras muchas, Convención
llamada de Ginebra,
Con ella no llegaron a abolir
Los tanques, los fusiles y las dagas.

Fue acaso que pensaron
Que una guerra a mordiscos
Podría resultar
!Tan henchida de vísceras!
¡Tan cruenta y pavorosa!
¡Sangrienta en demasía!


!Sí!
Sangrienta, pavorosa e inhumana,
Sumamente brutal,
Cruenta en demasía.

¿O puede ser que sólo
Pensaran que sería de este modo
-A dentelladas, digo-
Jodida y extremadamente lenta
Para sus ambiciones de conquista?

(Septiembre de 2006 – enero de 2012)

La importancia de la ortografía

Literalmente, era todo un animal político, pero tenía un notable e innato don para la convicción. Por ello, cometer aquel error de ortografía en su eslogan de campaña fue como firmar el final de su vida política. Todo el mundo se decidió a botarlo.

lunes, 21 de mayo de 2007

Declaración de males

Ya que en los últimos tiempos,

Admito que con acierto,

No has dejado de acusarme

De guardarme de contarte ciertas cosas,

Y habida cuenta que ya

Has dictado tú sentencia inapelable

Y al parecer no existen posibilidades

De ver reducida mi condena,

Hoy al fin me he decidido,

Con la desilusión dando fe como notario

Y más que para demostrar mi honestidad,

Para complacer tu solicitud de transparencia,

A presentar mi declaración de males

Sincera y públicamente.


A día de hoy, mas sobre todo en la noche

Cuento en mi haber –o para ser más precisos,

En el debe- con unas manos más que vacías,

Una oscura turbidez apegada a la mirada

Y unos cuantos años como toda una vida

Irremisiblemente perdidos para nada,

Para nunca, para siempre, para nadie.

También soy a mi pesar usufructuario

De un sin fin de sueños rotos

-nunca podrás llegar a imaginarte como sangran-

Y de un pesado y persistente insomnio

Que estrecha horizontes y ensancha mis noches,

Mientras va menguando con la luna mi esperanza.


No quisiera que se me quedasen en el tintero

Mi creciente tabaquismo compulsivo,

Ni estos pasos sin huellas errabundos

Requebrados por el vértigo y la nausea,

O esta recién descubierta, en reconocimiento rutinario,

Tensión arterial

Desmedidamente elevada.


He querido dejar para el final

Por ser de mis males el menos preciado,

Esta añoranza perpetua, como cadena constante

Que me amarra a tu memoria

Sin escape.


He dicho, firmo y rubrico,

Sobre el eterno cadalso

Que habito como alma en pena,

A veintiuno de mayo

Del año dos mil y siete.

Soneto para varias manos y orquesta (definitivo)

Al espanto de los siglos pasados
Redime la erupción de tus amagos.
Como daga hincada en sueños aciagos
Me traen tus recuerdos asombrados,

Recuerdo inútil... incluso... fatal
Que anida en mi pecho atormentado
Usura de un tiempo desmenuzado
Asperjado de una inyección letal

Tristemente, además, desperdiciado
Congoja de hiel a mi mente anclado
Quizá perdido, ¿soñado? ¿anhelado?

Pero en el viento ardorosas pavesas
De un piano de ébano bajo tu vientre
Alardean tu omnipresente ausencia,

Y en las notas dementes
Del volcán proscrito de tus ausencias
Renace la esperanza a mis creencias.

Este es un soneto colectivo, obra de Victoria, Mamen, Mar, Paquita, Paco, Larrey, el Viento, María y Rafa.

El Alcalde-candidato

- Y con este sencillo acto electoral, doy por inaugurada esta gran chapuza. Se ha estimado que su apertura definitiva al público podrá tener lugar en un plazo aproximado de ocho meses.

domingo, 20 de mayo de 2007

Sobre la ría… el puente “Guay”

Atardecer en las Marismas del Odiel, fotografía de de Fidel Astudillo Navarro.

H
a llegado el Presidente Chaves (probablemente inspirado por el sin par descubrimiento de Cejudo –Presidente de la Diputación de Huelva-, que anunciara no ha mucho que un buen modo de luchar contra el cambio climático está en construir carreteras a mansalva) a podernos prometer y prometernos tres puentes y una carretera para unir Huelva con Punta Umbría -muy rápidamente- hiriendo de hormigón, muerte y asfalto el Paraje Natural de Marismas del Odiel, a la sazón Reserva de la Biosfera.

Y, lo cierto, es que no era de extrañar en esta larga campaña electoral que llevamos sufriendo desde hace meses, disfrazada ya de referéndum de Estatuto, ya de inauguraciones y saraos varios. Más aún si no ha habido ni una sola fuerza política en Huelva que no haya puesto sobre el tapete electoral la promesa u oportunidad de un nuevo puente lesionando Marismas del Odiel, aunque sólo fuese diseñado para soportar servicios de transporte de carácter público y colectivo.

No hace mucho, un político amigo me dijo, ante mi oposición a muchos de los proyectos que revestidos de modernidad y progreso proliferan en la actualidad, “es que tú, Rafa, quieres cargártelo todo”, refiriéndose a que con mi interés por proteger y conservar el patrimonio de todos, incluido el que le corresponde a bichejos y flores, era un bárbaro contrario a todo progreso. Así que, en ese afán que prima en mí por volver a las cavernas, por, más que cargármelo todo, conservar todo lo que sea posible, el anuncio de Chaves no me ha intranquilizado en absoluto. Estoy seguro de que tan faraónico proyecto no se llevará a la práctica por la oposición al mismo de la, no precisamente organización ecologista, Unión Europea, que ya amenazará con recortar algún que otro fondo comunitario si el Gobierno Andaluz se empeña en seguir adelante con sus aviesas intenciones.

Lo que si me preocupa son las críticas del conjunto de la oposición al anuncio de Chaves. O, mejor dicho, el tenor de las citadas críticas. Porque ni un solo partido político ha mostrado abiertamente su disconformidad ante el anuncio presidencial, por el daño irreparable que dicho proyecto ocasionaría en el Paraje Natural, sino más bien por su carácter electoralista. De este modo, parecen decirnos: esto no es más que una promesa electoral, como otras muchas, destinada a no cumplirse, y, pasadas las elecciones, nada más se sabrá acerca de este puente que tanto deseamos. Y nos quedaremos con la miel en los labios. Yo por el contrario, y al menos por esta vez, estaré feliz de que los políticos mientan tanto como hablan durante las campañas electorales.

Pero me hubiese gustado escuchar al representante o candidato de algún partido decir, que, en función de la amenaza ya cierta que se nos viene encima con el cambio climático, y que en buena parte viene ocasionada por nuestro modelo de transporte y su estrecha relación con nuestros modelos urbanístico y territorial, es preciso dejar de plantear propuestas para incrementar la movilidad, y la consiguiente emisión de gases con efecto invernadero, para pasar a idear el modo de aumentar la accesibilidad, reduciendo a su vez los desplazamientos motorizados. Y que, en el marco de esa nueva filosofía dirigida a salvar, no al Planeta, sino a la Humanidad, de los efectos de las barrabasadas que ella misma ha cometido, no cabe ni un centímetro cuadrado más de asfalto ni una palada de hormigón para los pilares de un puente. Y que, por todo ello, amén de por los gravísimos impactos sobre el Paraje Natural, esos tres puentes y esa carretera no se deberían hacer bajo ningún pretexto.

Pero no, estos politicuchos de tres al cuarto que nos han tocado en pésima suerte, identifican modernidad, como ha dicho una de las candidatas, con seguir avanzando hacia el abismo que nos hemos fraguado, con las prisas y con el tiempo es oro, en lugar de con el tiempo para la vida, con el asfalto como lápida en lugar de con los paisajes como único espacio vital capaz de garantizar nuestra supervivencia. Y cacarean y cacarean su intención de responsabilizarse contra cambio climático, perdida de biodiversidad y un sin fin de otros problemas ambientales, pero a la hora de actuar no hacen otra cosa que favorecerlos. De modo que todos ellos no son más que unos irresponsables sin escrúpulos, así como cómplices declarados de la muerte futura de los millones de seres humanos que perecerán como consecuencia de los impactos ambientales de carácter global que están propiciando y que ya han sido advertidos hasta la saciedad por la comunidad científica internacional. Pudiera parecer que me he terminado yendo por las ramas –como tengo vocación de hombre-mono-, pero no es así, por que lo del puente de Chaves no deja de ser, además de síntoma y ejemplo, una mera anécdota de la tremenda irracionalidad que, con tintes criminales, campa hoy a sus anchas en los ámbitos políticos, conduciéndonos al desastre a velocidad inusitada. Quizá para eso el puente electoralista, para llegar antes al desastre.

Así que, haciendo una versión libre de una famosa, lo que no quiere decir que sea buena, canción, no me queda más que decir que… “que los detengan, que son muy peligrosos…” Y no me estoy refiriendo sólo a pararles los pies. Aunque para ello habría que reformar en profundidad el Código Penal, para incluir como delitos muchos de los que hoy sólo son considerados como privilegios de los políticos.

Soneto para varias manos y orquesta

Emulando la iniciativa de Larrey, os propongo funcionar de nuevo a modo de taller literario, sólo que, en esta ocasión, escribiendo entre todos, en lugar de un relato, un soneto. Puede parecer muy complicado, pero teniendo en cuenta que, en principio, se trata de escribir sólo un verso cada uno (procurando que tengan relación con los anteriores) y que tenéis buena pluma, no lo es tanto. Ya sabéis, 14 versos endecasílabos, de rima consonante, y distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. La rima puede ser diversa. Para los cuarteros ABBA ABBA o ABBA CDDC, aunque también se pueden construir a modo de serventesios (ABAB…). En los tercetos la rima es mucho más flexible y variada. Eso sí, han de rimar. Si os animáis, procurad que las rimas no sean muy complicadas, es decir, que existan muchas palabras con esa rima para facilitar la construcción del siguiente verso. Bueno, yo hago lo más fácil: empezar.

Soneto para varias manos y orquesta

Al espanto de los siglos pasados

Soneto imperfecto

(Relicario)

Ni el vestigio de ocasos compartidos,
Del carmín de tus labios en mis labios,
O el sudor de tu vientre entre mis manos,
Como hüellas de un tiempo ya perdido,

Atestiguan que hubieren existido,
Por detrás de la niebla del pasado,
Los momentos de gozo inmaculado
Que entre breves paréntesis vivimos.

En las huellas del tiempo inexistente
Sólo quedan reliquias de deseos
Y presagios ajados sin presente

Que conturban de espanto y de lamento
Mis pisadas sin rumbo que se pierden
Cubiertas de cenizas y silencio.

sábado, 19 de mayo de 2007

La poética del humo

Uno

-¿Sí?, Juan de la Lírica Venal al habla. ¿Dígame?

- Hola, Juan, ¿cómo estás? Soy Juanma.

- ¿Juanma?

- Sí, Juan, ¡coño!, parece mentira que no me reconozcas, Juan Manuel del Río, Gerente de la Agrupación de Fabricantes de Productos Químicos y Venenos Necesarios. Ya hemos hablado tú y yo en numerosas ocasiones.

- Sí, sí… Pues, tú me dirás, Juan Manuel.

- Bueno, Juan, verás; se trata de un asuntillo sin importancia. El caso es que desde la Concejalía de Cultura se ha encargado una publicación acerca de la historia reciente de la ciudad, y los autores pretenden ilustrar el capítulo dedicado a nuestra Agrupación con uno de tus poemas.

- Y… ¿cuál es entonces el problema?

- Pues que se trata de un poema de la época en la que tú aún no habías comprendido la necesidad y, al tiempo, la inocuidad de nuestros procesos industriales, y, la verdad, no salimos muy bien parados en tu desafortunado texto.

- ¿Y?

- Pues que, teniendo en cuenta que desde la Agrupación, además de haber proporcionado un puesto de trabajo estable a cada uno de tus dos hijos, hemos financiado la publicación de varios de tus libros, hemos pensado que podrías llamar a la Concejala comentándole tu oposición a que cualquiera de tus poemas pueda llegar a ser utilizado en esa publicación. Más que nada –porque, como sabes, podríamos perfectamente encargarnos nosotros del asunto sin ningún tipo de problemas-, como una muestra más de tu lealtad.

Dos


- Buenos días. Ayuntamiento de Los Humos del Caudillo; ¿qué es lo que desea?

- Buenos días. ¿Me podría poner con la Concejala de Cultura?, soy Juan de la Lírica. Es urgente.

Al fondo a la derecha

Sangra en la esfera de agujas clavadas
Apuntalado el precario deseo.

Sin garras ni colmillos como alas,
En la esquina amarilla como acero
Del vértigo
Hace ya tiempo que espero






Tocar fondo.

M
----a
------s

-------l
--------a

-----------i
------------n
-----------f
------------i
--- ---------n
--------------i
--------------t
---------------a

----------------o
-----------------q
-----------------u
-----------------e
-----------------d
-----------------a
-----------------d
-----------------.
-----------------.

-----------------.



SE PER-PE-TÚ-A

¡Lo que fuman estos niños!

A María Jesús Montero, Consejera de Salud de la Junta de Andalucía, y al resto de voceros de la AIQB, con todo mi “cariño”.


Mis hijos, con nueve y trece años, llevan ya casi un mes sufriendo unos, aunque moderados, bastante notables problemas en las vías respiratorias altas. Con esos síntomas –tos, mucosidad abundante, perdida del apetito…- que solemos identificar con los de un fuerte catarro. Pero, tras atiborrarse de todo tipo de medicamentos -que, casi sin ningún genero de duda, se fabricarán gracias a la ínclita, desprendida, humanitaria y respetuosa labor para con la salud y el entorno, de las empresas adheridas a la Asociación de Industrias Químicas y Básicas de Huelva- esos síntomas no remiten. Así que no he podido dejar de comenzar a pensar que tanta tos y vómito nocturno deben ser a consecuencia de que estos niños míos fuman mucho. A partir de mañana, no tendré más remedio que racionarles el tabaco. Por tanto, para concluir, no me queda más que agradecer a Altadis -que es a Tabacalera, como Carrefour a Continente- estas noches de insomnio en las que tan productivo se muestra mi teclado.

viernes, 18 de mayo de 2007

Sin palabras

La vampira, de Edvard Munch. Museo Munch, de Oslo.


A veces, casi siempre cuando más lo necesito, me resulta muy pesado escribir. Me cuesta más de lo habitual tratar de expresar lo que siento, no encuentro las palabras adecuadas, ni tampoco los silencios. Como esta noche. Y entonces, esta nausea de siglos y noches de vigilia en la luz anaranjada de la ciudad sin estrellas, se me queda dentro, agazapada, y presionando la levedad precaria de la piel mortecina y ajada de las ilusiones. Y el pulso se me acelera, golpeando con saña mis cinco sentidos. Y se me ríen las palabras en la cara a sonoras y tétricas carcajadas ante mi impotencia manifiesta para construir una sola oración con sentido. Nunca se me dieron bien los rezos.

A veces, prisionero de la crueldad de este insomnio que noche a noche va mermando mis fuerzas sin esperanza, no logro entender ni mis propios pensamientos. Y apenas se lo que quise decir y me callé un día, abrumado de miedo y de silencio. Y rebusco en el diccionario el léxico y la semántica que puedan mostrarme la difusa estela que conduce a la isla desierta donde yace la torpe y apresurada cartografía al paraíso perdido. Pero no hay nada más que páginas negras en blanco. Entonces meto mis dedos en un puño en la boca, tratando de arrancarme las palabras desconocidas de la punta de la lengua. Pero el vómito continua aferrándose con uñas y dientes al fondo de mis entrañas. Y me asaltan inmisericordes los recuerdos de tantas mañanas en las que no fueron necesarias las palabras. E intento de nuevo gritar y gritar y gritar… no sé… ya sabes, para qué repetirlo de nuevo. Pero no, tampoco es eso, es otra cosa, ni mejor, o tal vez peor, pero más, mucho más sin duda, aunque también, mucho menos.

A veces, como ocurre en esta noche de presagios ya cumplidos, enmudezco en la nostalgia que se me clava en lo adentro. Y te añoro; y no puedo dejar por un instante, de echarme de menos. Pero lo peor de todo es que todo esto ya resulta más que irrelevante, porque hace tiempo que yo para ti yazgo muerto. Porque, aunque el estrépito aberrante de la mudez de mis gritos llegasen a hacer mil y un añicos los cielos, tú ya estás ciega al reflejo de las estrellas. Como yo. Y las luces anaranjadas se tornan amarillas. ¡Qué espantosa oquedad sin horizontes ni verbo!

A veces, cuando más lo necesito, no encuentro las palabras. Ni luciérnagas. Ni oxígeno. Y entonces, hago como que grito frente a la ciudad desierta… y busco un no se qué, un cómo, un cuándo, un dónde… Y tantos y tantos porqués.

A veces… en la noche... no me encuentro.

Acuarelas

Sobre el tálamo incorpóreo
De las cenizas exangües
-Que antaño fueron mis versos,
Que antaño fueron mi sangre-,
Trato de pintar tu nombre,
Pincel de aprecio anhelante.

Mas el viento las arrastra
Hacia límites volátiles
-Turbios de nada y despojos
Turbios de llanto y saudade-,
Y mis acuarelas grises
Se diluyen en el aire.

Prometo cunnilinguo


Tania Derveaux, candidata al Senado Belga por el partido NEE (no, en neerlandés) ha prometido, si sale elegida, hacer una felación (vulgo, mamada) a cada uno de sus primeros 40.000 electores. Y doy fe de que esta tan original política está de muy buen ver. Pero, no, no corráis apresuradamente a solicitar la nacionalidad belga y a inscribiros en su censo, pues la citada promesa no es más que un modo irónico de denunciar a los políticos que, tras hacer muchas promesas, después dicen Diego donde dijeron digo, y ya ha confesado la bella Tania que, como aquellos, no ha pensado ni por un momento cumplir su promesa, que ella sólo “se lo hace” con quién le place. Sabio modo de entender el sexo, sí señora.

Pero bueno, yo, como la idea me ha resultado sugerente, tomo ejemplo y, en mi papel de ciudadano desencantado de la política, aunque no deje de participar en ella cada vez que tengo oportunidad, he decidido prometer hacer un cunnilinguo a aquellas políticas que, tras la ya muy próxima cita electoral, cumplan con sus promesas –lo lamento, chicos, no es que os discrimine, pero que la va a hacer uno si es heterosexual. Sí, cunniliguo garantizado para todas aquellas que, tras empeñar su palabra, por ejemplo, en ejercer prioritariamente cuantas acciones sean precisas para tratar de atajar ese potencial Armagedón que es el cambio climático, no se dediquen después a fomentar la construcción de grandes autopistas o de líneas AVE, que suponen un derroche energético inasumible en el oscuro contexto del calentamiento global. O para aquellas otras que, haciendo grandilocuentes discursos sobre la necesidad de conservar nuestros espacios naturales, no dejen después hacer y deshacer a su antojo a los especuladores urbanísticos, voraces devoradores del paisaje y la Naturaleza. O para las que…

Bueno, estoy pensando que igual ha sido mucho prometer, que uno ya comienza a estar mayor y, tal vez, no tuviera el potencial sexual suficiente para tanta orgía. Así que lo mejor que puedo hacer es matizar lo dicho. Sí, las agraciadas para recibir ese inmenso placer de diosas que, según afamadas sexólogas, supone esa práctica sexual, deberán ser decididas mediante sorteo a razón de una a la semana. Aunque bien pensado, y teniendo en cuenta la experiencia comparada existente en esto de las promesas políticas, igual me quedo con todas las papeletas sin “vender”, que, en política –ya se sabe-, una cosa es predicar y otra dar trigo, y en este corral hay muchos gallos y gallinas que se dedican a cacarear y cacarear para después no poner huevo. En fin, que me temo que, una vez más, me quedaré “con la miel en los labios” pues, como ya he dicho al principio, ni la misma Tania Derveaux está dispuesta a cumplir sus promesas “electorales”.

jueves, 17 de mayo de 2007

Crionización

(O de porqué siempre quise llamarme Lázaro)

Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz -¡Lázaro, ven fuera!-
Juan (11:43)

Aunque no creo en milagros
Resucitando la carne
-Por si acaso tú vinieres
A llamarme a levantarme-,
He balsamado mi ánima
Con neveros de saudade.

auroras robadas

(no despiertes, juan ramón)

¡El viento solitario
por la marisma oscura,
moviendo –terremoto
irreal- la difusa
Huelva lejana y rosa!
Juan Ramón Jiménez

tus auroras
ya no están
juan ramón
nos las robaron

los álamos
la marisma
el horizonte de pinos
la claridad de la luna
ya no están
nos los robaron

avaricia de oro rojo
desarraigó la alameda
devaluando su plata que
¿recuerdas?
germinaba entre la bruma
al despuntar la mañana

¿y la marisma?
-me dices-
no les bastó envenenarla
la sepultaron en vida
le saquearon su calma

qué escribirías
juan ramón
qué, hoy al alba
¿soportaría el papel
tu pesar
tantas lágrimas?

qué
hoy que huelva
prostituida al progreso
-sí, juan ramón
progreso lo llaman-
humillada y ya sin rosa
y más, más, más, mucho más
lejana
apenas puede emerger
tras esos yesos sin vida
entre esos yesos sin alma

qué
hoy que el viento
no trae aromas de mar
temblor de desesperanzas

ya no están
juan ramón
nos las robaron
¿nos robarán también
tu poema?
la prue-ba que los se-ña-la


Trece de diciembre de 2005

miércoles, 16 de mayo de 2007

Enemigo

No,
No es aquel que te hace frente
Escupiéndote a la cara,
Esa herida en la que sangran
Unos ojos sin mirada.


Ni es el otro compasivo
Que golpe a golpe certero
Te atraviesa del abismo
De su latido postrero.


No,
El enemigo, mi amor,
Es la frustrada ilusión
De un espectro que no existe.


(Es por eso que ante ti
Me presiento derrotado de antemano).



17 de enero de 2007

Stultitia et circenses

"La tortura no es cultura"



A fin de enardecer a la afición, se situó frente a la puerta de toriles con la intención de recibirlo a portagayola. Pero el morlaco hizo su aparición mansamente y, tras mirarlo brevemente de soslayo, se dirigió trotando placenteramente hacia el otro extremo del albero. Un mar de pañuelos blancos se alzó vehemente hacia la presidencia, reclamando su sustitución por el sobrero. “Le falta casta” se repetía injustamente de tendido en tendido, porque, en realidad, lo único que sucedía era que a aquel astado nunca le habían gustado las payasadas.


Cinco haikus


Lejos del nido
Con las alas quebradas
Yace la alondra.


Vive el magnolio
Cautivando en sus flores
Vuelos de abejas.


Sueña el magnolio
Componer con su aroma
Mayos eternos.

Lluvia incesante,
Gota a gota, ligando
Mis pies al barro.

Murió una lila.
El desierto se extiende
Por los vergeles.

Votar o no votar, that is the question

El próximo día 27 de mayo, los ciudadanos tendremos la oportunidad y, en mi opinión, el deber, de decidir con nuestro voto la composición del gobierno de cada uno de los Ayuntamientos de España y de un buen número de Comunidades Autónomas. ¡Hala!, ya está éste aquí para largarnos un pesado mitin electoral y pedirnos el voto para los suyos, pensaréis algunos. Nada más lejos de mi intención. No pretendo dar un mitin, aunque sí pedir que se acuda a votar; sin más, sin tratar de orientar el sentido del voto de cada cual.

He de reconocer, lo cual tampoco me supone un gran esfuerzo, que el panorama político español, permanentemente en candelero con motivo de cada vez un mayor número de casos de corrupción o abusos de poder, y por la jaula de grillos desafinados y maleducados en la que han terminado derivando la mayoría de los debates partidistas y sin ideas que protagonizan nuestros políticos profesionales en la actualidad, no invita a la participación ciudadana en ningún tipo de evento democrático, ya sea entendida la democracia como cuestión meramente representativa, o con el añadido, para nada baladí, de una verdadera participación ciudadana activa en la toma de decisiones diaria sobre los asuntos de gobierno que les conciernen; que para la democracia social (por tratar de definir esto último con pocas palabras y aún menos matices, se podría ejemplificar diciendo que consiste en que todos y cada uno de los ciudadanos no sólo tengamos el derecho abstracto a, por ejemplo, una vivienda y un trabajo dignos, sino en que, además y sobre todo, lo disfrutemos de hecho) aún falta mucho, y el que se alcance o no depende muy mucho del mejor o peor funcionamiento de las dos patas democráticas anteriormente citadas.

Pero, ¿cómo deberíamos actuar ante éste cúmulo pegajoso de despropósitos y abusos políticos para tratar de atajarlos antes de que terminen por pudrir definitivamente nuestra precaria y enfermiza democracia? Pues, en mi modesta opinión, el mayor logro democrático al que podríamos aspirar los ciudadanos en lo inmediato, es decir en esa ya tan próxima cita electoral, sería el que en esa fecha la participación fuese masiva. Un logro democrático que le metería el miedo en el cuerpo, o al menos cierta inquietud, a más de un malayo prevaricador en el marco de sus actuaciones públicas. Eso sí que sería un contundente mensaje por parte de la ciudadanía que haría a más de un choricete reflexionar y pensarse las cosas dos veces antes de cometer cualquier barrabasada. Porque a los políticos corruptos o, al menos, pusilánimes y mediocres, lo que les interesa es tener bien metido en el redil a un rebaño de borregos en silencio, a unos ciudadanos desencantados y alejados de la política, para así poder tener las manos libres para hacer y deshacer a su antojo –o al antojo de otros. Ahora bien, si todos y cada uno de los ciudadanos nos presentásemos el próximo día 27 a las urnas y dijésemos: “señores, se os acabo el ancha es Castilla, aquí estamos, para decidir en democracia con nuestro voto, pero no sólo para eso, pues, a partir de mañana y cada día, vamos a luchar con todas nuestras fuerzas para seguir participando en las decisiones de la res pública, para seguir exigiendo, porque nosotros, señores, también somos políticos, los políticos más importantes, los políticos de la base social de la que vosotros no sois más que meros servidores”, como decía, si les enviásemos este mensaje, entonces, estaríamos contribuyendo a situar a los políticos profesionales en el lugar que corresponde, y que todos los ciudadanos, a partir de ese momento, comenzaríamos a merecernos.

Sin embargo, nos encontramos en un contexto en el que lo más avanzado, lo más de vanguardia, lo más revolucionario, si me apuran, para ir construyendo una democracia sólida, parece ser el reclamar que no se acuda a votar, el abandonar la escasa participación que aún nos permite ejercer la maquinaria institucional y de partido, en lugar de reclamar una participación más plena. Espero no molestar con la siguiente afirmación a algunos amigos que defienden esa idea desde una buena voluntad incuestionable, porque en ningún caso es mi intención ofender o hacer sangre. Pero no puedo dejar de decir que tengo el firme convencimiento de que estos aires que corren difundiendo el potencial revolucionario y de cambio del pasotismo ciudadano en asuntos de política, en realidad, aunque no se lo parezca a los mismos que hinchan sus velas con ellos, constituyen un peligroso germen reaccionario e involucionista que puede terminar dando al traste con nuestra debilitada democracia formal, para convertirla de facto en un férreo y asfixiante totalitarismo plutocrático oculto tras la máscara de una ficticia democracia; que mucho de eso tenemos ya.

Así que reflexionemos seria y profundamente, no ya sobre el sentido de nuestro voto el próximo día 27, sino sobre la oportunidad y conveniencia de acudir o no a esta cita electoral. Y tratemos de hacer una evaluación prospectiva sobre las consecuencias de tomar una u otra decisión, pero sin quedarnos anclados en el, por otra parte entendible, rencor ciudadano hacia una clase política, con sus muchas excepciones, cada vez más vaga, mediocre y que nos salpica continuamente del veneno que mana a borbotones por el altamente tóxico aguijón de la corrupción. Y, después, que cada cual haga lo que le plazca y considere más conveniente para todos los ciudadanos y el avance de la democracia.

martes, 15 de mayo de 2007

No puedo escribir tu nombre

Ambicionamos no plagiarnos ni a nosotros mismos, a ser siempre distintos, a renovarnos en cada poema, pero a medida que se acumulan y forman nuestra escueta o frondosa producción, debemos reconocer que a lo largo de nuestra existencia hemos escrito un solo y único poema.

Oliverio Girondo


No me pidáis, por dios,
Que venga a leeros mis versos;
Porque yo, mis muy queridos amigos,
Yo…
Ni fui ni seré poeta.

Girondo, Oliverio
Girondo, provocador
Y grandísimo clarividente poético donde los haya,
Ya nos lo dejó bien claro: Siempre como mucho un solo,
Un único y solo poema
Es la mayor producción
Que ha de lograr el poeta.

Y ni eso habré logrado,
Incapaz de escribir por una sola vez tu nombre,
Cuando llegue anunciando la piadosa
Que viene a reclamarme mi existencia.

La voz indiscutible de la momia

¿Cuántos poetas, narradores, sociólogos, filósofos… han teorizado o parido ficciones acerca de la incomunicación y la soledad creciente que se cierne sobre los seres humanos en una sociedad cada vez más individualista y competitiva a ultranza como la “nuestra”? ¿Cuántas películas, novelas, poemarios, estudios científicos y sesudos ensayos se han derivado de profundas reflexiones o emocionados delirios acerca de este cáncer que nos asola? Sin duda, serían casi incontables. Pero a pesar de ello, tiene la realidad unas maneras tan crudas, tanta inexplicable incertidumbre, que no es difícil que llegue a superar a la ficción e incluso a las teorías más radicales y apocalípticas sobre el ensimismamiento al que nos ha terminado conduciendo el don del raciocinio.

Yo, que no me considero escritor ni científico ni filósofo, sí llevo mucho tiempo interrogándome sobre los síndromes y las fobias que se extienden como galope desbocado sobre nuestras “modernas y avanzadas” sociedades urbanas, y tratando de desentrañar hasta donde puede llegar nuestro patológico afán por aislarnos, y por considerar a los demás como enemigos o, simplemente, como ceros a la izquierda por los que no hemos de preocuparnos al ser tan evidente su inexistencia o falta de influencia o interacción en todo aquello que nos atañe. Y llevo escritas unas cuantas páginas al respecto, ya sea al dictado del hemisferio izquierdo de mi cerebro, ya con origen en el diálogo de mis enigmas irresolubles con su parte derecha. Pero nunca he llegado a aprehender en su plenitud y crudeza el enorme peso que la soledad y la incomunicación, como lastres, se desploman a cada instante sobre el ser humano, situándolo, aunque no aparezca en ellos, en los más altos lugares de los listados de especies en peligro de extinción. Porque, si algo nos diferencia, sin hacernos por ello superiores, del resto del mundo animal, amén de un mayor grado de inteligencia, es nuestro potencial para comunicarnos y asociarnos para tratar de alcanzar, a través de la cooperación, objetivos comunes y, entre ellos y en primer lugar, como corresponde a nuestra esencia animal, la conservación de la especie. Pero todo esto forma parte de la teoría, y, en la práctica, lo cierto es que el miedo, asociado al egocentrismo y la egolatría, nos ha terminado transformando en los seres más perversamente beligerantes para con sus semejantes, y llevándonos al punto de ser, dentro del reino animal, la única especie en la que sus individuos anteponen sus intereses particulares a los de la propia especie. Y, claro, de ahí a la soledad y la indefensión -por mucho que nos podamos sentir seguros, armados de arietes, adargas y máscaras- no media ni la breve evanescencia de un suspiro.

¡Qué rollo tan grandilocuente, y a la par falto de contenido, todo esto que acabo de tratar de expresar!, ¿no? Además de apenas entenderse, desprende un tufo a Armagedón propio de milenaristas trasnochados. Pues sí, yo mismo no alcanzo a entenderme con la nitidez necesaria, y, hasta hoy mismo, nunca he dejado de pensar que todas las reflexiones y espantosas conclusiones que a lo largo de mi vida me he venido haciendo sobre estos temas, no son más que el pútrido fruto que nace de mi sempiterno pesimismo en cópula aberrante y estéril con mi imaginación desbordante; fruto de ficciones delirantes sin ninguna conexión cierta con los hechos.

Pero hete aquí que hoy, la realidad, en forma de noticia de sucesos, ha venido a superar a la ficción y a diluir cualquier género de dudas que pudiese albergar como pobre coartada para la esperanza. Y es que, en una urbanización de Roses (Girona), el pasado sábado fue descubierto el cadáver momificado de una mujer que llevaba muerta nada más y nada menos que seis años. En todo este tiempo, nadie la ha echado en falta, ni sus familiares –con los cuales, al parecer, la fallecida había roto todo vínculo, pero ¡qué rotura tan pavorosamente incurable!- ni los vecinos, ni tan siquiera un triste inspector de hacienda o un trabajador a tiempo parcial encargado de la actualización censal. Y es que, según el alcalde de Roses, al tratarse de una urbanización de segunda residencia “la gente no está pendiente de los demás”. Pero ¿hasta ese punto? Pues sí, porque –no sólo en áreas residenciales dedicadas a segunda vivienda, sino también, aunque no tan acusadamente, en nuestros lugares de residencia habitual- cada vez tendemos más a “vivir” de puertas hacia dentro, a aislarnos, parapetarnos y “protegernos”, tras las paredes de nuestra casa, de los “riesgos” de un mundo exterior, cuyo oxígeno, derruidas las estructuras que propiciaban la comunicación y la vida colectiva, ha terminado por hacérsenos casi irrespirable.

Ni siquiera la entidad financiera en la que se encontraba hipotecada la vivienda de cadáver tan añejo, se preocupó, al dejar de recibir los pagos correspondientes, por indagar los motivos del impago. Aunque esto no es de extrañar en el mundo de la banca, donde esa publicidad en la que se destaca la atención personalizada que las entidades de crédito desarrollan para con sus clientes, no es más que la hipócrita máscara tras la que se oculta el carácter que realmente se nos asigna como meros números codificados y aplicados a la rentabilización a ultranza del negocio abusivo de la usura contemporánea. Pero es que, en esta ocasión se ha llegado al punto de que se ha subastado la vivienda de la finada sin antes haberse pasado nadie a comprobar el estado en el que se encontraba, o los secretos y sorpresas que pudiera encerrar en su interior. Y ¡menuda sorpresa! Subastan el cobijo que fue de nuestra alma, sin preocuparse por saber que es lo que ha habido en su interior, sin siquiera desnudarla, no con afán morboso o pornográfico –y esto si que es extraño que aún no haya sucedido- sino para hacer todo lo posible para dignificar su último tránsito.

En Roses, una momia sin voz, a través del silencio y la indiferencia manifiestos de los demás, ha hablado. Y su mensaje no ha podido ser más alarmante: caminamos solos entre la muchedumbre, con pasos acelerados hacia la muerte; hacia la muerte individual, pero también hacia la muerte colectiva. Eso, si en realidad ya no estamos muertos al haberse casi perdido totalmente nuestra esencia.

Déjà vu

Qué crudeza la del tiempo
Cuando ya el final del viaje se adivina
Pretérito.

Es como si el instante para preparar el regreso
Yaciese congelado en el fondo blanco de un glaciar
Perpetuo,
Y una nausea instalada en la garganta,
Con su oscurísima frialdad de espanto,
Hiriese las pupilas quedamente con su aliento.

Como si bandadas de buitres sedientos
Saciasen sus estiajes en despojos sin voz
Deleitándose en las alas desabridas del silencio.

Jamás contemplaron mis ojos
Una flor de dureza tan oscura
Ni sangraron mis tímpanos en la amarga estridencia de un círculo polar como barrera.

Son lluvia, luna y esquirlas de viento,
Infltradas en la decadencia de mi sangre,
Sólo espejismos de hielo?

Hasta cuándo el eclipse en la memoria, hasta cuando?

Será solamente un déjà vu
Esta vaga sensación de haber sido?

Por qué me anega en mitad de la noche
Este yermo regusto
A saltos mortales y carroña?

(Y el ejército impávido de la inconsciencia
Se abre paso.
Desgarrando, mordiendo, quebrando,

Clamando nombres propios como agujas
Sobre el presagio de traiciones ya cumplidas.
Y en la pútrida sonrisa se adivinan

Lúgubres incumplimientos.

Mientras, en el sol crepuscular de la mañana sin aurora,
Un trayecto marcado como cartas gastadas en las piedras
Acumula un sinsentido en cada día
De este otoño sin ocres ni esquinas).

lunes, 14 de mayo de 2007

Versos desnudos

...la noche llega con prisa
sobre el lamento del viento,
y me muero por dentro
y desnudo los versos.

María Narro


Versos desnudos
Como besos al viento
Versos desnudos
Como tristes lamentos
Versos desnudos
Como el hondo desierto
Versos y besos
Desnudos
Sin tiempo
Dando a luz en la noche
Poemas.

Humilde recreación de un arrogante dicho de Arquímedes

(O de la persistencia de la quimera en la intimidad de la memoria)

Vagó en las huellas inciertas
Que en la arena sin abrigo,
Dubitativas y yertas,
Tambalean mi compás
Con tu ¡jamás tú conmigo!

Grano a grano, del Poniente,
Arrastrados los vestigios
Del sendero sin destino,
-¡Singladura evanescente!-
Se me agosta el poderío.

-Mas dame un punto de apoyo
Y podré volver al mundo.-

Jadeos

Parece que fuese ayer
Cuando husmeara en la brisa
La cadencia de tu risa
Sin tus labios pretender.

Y era mi aliento volver,
Ilusionado y aprisa,
A pintarte una sonrisa
Cada nuevo amanecer.

Mas la rosa de los vientos
Se marchitó de distancia,
Y en el alba mis lamentos

Hoy son triste resonancia
De mis suspiros sedientos
Por aspirar tu fragancia.

domingo, 13 de mayo de 2007

Sensibilidades discordantes


sumidos en la helada
y opaca intimidad sin emoción
ni encanto que impregnaba
la alcoba nauseabunda en la que a media
luz sucia en voz muy baja
nos asestábamos poemas como
agudas puñaladas
rozó libidinosa con la punta
de la lengua –su lengua húmeda y cálida-
el lóbulo reseco de mi oreja
en tanto ronroneando como lo hacen
los gatos afligidos de la calle
en noches de aguacero y sin sardinas
lasciva me decía

–¿quieres follarme?


–¡nunca!

follar no es más que un acto
en que prima lo físico ¡jamás!
¡no! no lo haría nunca!
mas deja que te diga que me muero
por yacer a tu lado por engendrar contigo
la emoción más nuestra la más sublime
hace ya tanto tiempo ¡tanto que lo deseo!
¿hacemos el amor?

y entonces con sus poemas de Bukowski

bajo la axila sudorosa
que muy de tarde en tarde se hacía depilar
se despidió de mí
amablemente
sólo
amablemente

después cuando el compá de soleá

de sus finos tacones de asesina
estrecho se perdió
al final del pasillo para siempre
defenestré abatido mi íntima multitud
ajada de suspiros y de lágrimas
por la ventana a cal
y a cántico cerrada


(Noviembre 2005 - octubre 2012)