El hueco que dejaste entre mis manos
Se extiende amargamente por mis venas.
Es veneno, cizaña, muerte a chorros.
Me va desdibujando sin clemencia
Al ritmo de los años que he perdido
Postrado ante tu puerta hecha cerrojo.
Avanza por mis vasos capilares
Mordiéndome la voz, la piel, los ojos,
Las ganas de vivir, la calma, el sueño,
Mis tristes y marchitas esperanzas.
Consume con su aliento bronco y huero
Mi canto y mi sonrisa; se apodera
Del trémulo latido que, hecho arritmia,
Me rompe golpe a golpe la cordura,
Clavando sus esquirlas en mis huellas.
Me seca, me desangra, me calcina,
Me abate, me dispersa, me extenúa,
Me inunda de una fiebre que, sin tregua,
Se muda hondo delirio y crudo espanto.
El hueco que me habita como plaga
De sal se ha ido colmando con tu olvido
Hiriéndome de sed junto al venero
Que ya jamás vendrá a endulzar mis labios.
El hueco me ha sumido en la agonía
Que pronto habrá de hacer que vuelva al polvo,
Y ya tan sólo anhelo que ese día,
Al menos mi recuerdo no perezca
Deshecho para siempre en tu memoria.
Se extiende amargamente por mis venas.
Es veneno, cizaña, muerte a chorros.
Me va desdibujando sin clemencia
Al ritmo de los años que he perdido
Postrado ante tu puerta hecha cerrojo.
Avanza por mis vasos capilares
Mordiéndome la voz, la piel, los ojos,
Las ganas de vivir, la calma, el sueño,
Mis tristes y marchitas esperanzas.
Consume con su aliento bronco y huero
Mi canto y mi sonrisa; se apodera
Del trémulo latido que, hecho arritmia,
Me rompe golpe a golpe la cordura,
Clavando sus esquirlas en mis huellas.
Me seca, me desangra, me calcina,
Me abate, me dispersa, me extenúa,
Me inunda de una fiebre que, sin tregua,
Se muda hondo delirio y crudo espanto.
El hueco que me habita como plaga
De sal se ha ido colmando con tu olvido
Hiriéndome de sed junto al venero
Que ya jamás vendrá a endulzar mis labios.
El hueco me ha sumido en la agonía
Que pronto habrá de hacer que vuelva al polvo,
Y ya tan sólo anhelo que ese día,
Al menos mi recuerdo no perezca
Deshecho para siempre en tu memoria.