—¡Y aluego direih que zémoh cinco o zei! ¡Y aluego...!
—Perdón, Caperucita. ¿De dónde vienes tan cabizbaja y solita?
—De la mani convocá en Colón por los tres cerditos, hermano lobo.
—Y qué pedían. ¿La liberalización del mercado del suelo?
—¡Que va! ¡Eresióneh generáleh, ya!
—¿Y?
—¡Gatillaso!
—Perdón, Caperucita. ¿De dónde vienes tan cabizbaja y solita?
—De la mani convocá en Colón por los tres cerditos, hermano lobo.
—Y qué pedían. ¿La liberalización del mercado del suelo?
—¡Que va! ¡Eresióneh generáleh, ya!
—¿Y?
—¡Gatillaso!
. . . . . . . . . . . . . . . .
Hoy, formando parte de la mayoría silenciosa —es lo que tiene escupir p'arriba—, se ha llevao el gato al agua Américo Vespucio.
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