lunes, 4 de agosto de 2014

Tercio de varas


“La vida es como un toro”.
Menuda estupidez.
Qué poco afortunada
comparación, poetas.
Qué monumento al tópico,
asentado en atávicos
rituales de barbarie.
Si al menos acertaseis
usando cada término
en su justa medida.
La vida es un torero
sanguinario, y el hombre,
condenado e inerme, es el astado.

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