le viste la orejas
glaciales al licántropo y viniste
buscando amparo a mi guarida en ruinas
yo te cedí sus ascuas
mudándome a morar en la intemperie
paso luego el invierno y se fundieron
las nieves y te fuiste
cantando entre las flores
tempranas y el murmullo seminal de las fuentes
pero quedó flotando
algo tuyo en el aire
baldío de la caverna
un no sé qué que al poco
se oxidó revelando
en su asepsia silente
el hedor de lo cóncavo
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
El que busca cobijo en la tormenta no quiere casa por mucho tiempo.
Besitos :)
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