El abuelo se iba a pescar en verano a la cornisa desde donde se divisaba toda la bahía. Lenta, silenciosa y pausadamente veía entonces pasar los pensamientos y recuerdos de aquel año y de toda la vida –a la redonda y esparcida al modo de la bahía-. Mientras esto ocurría, se desvanecían sigilosamente las horas y los días.
Su nieto veranea en la misma bahía, pero pasa las horas en frenética actividad: discotecas hasta la madrugada, deportes náuticos desde el mediodía, y, sobre todo, atendiendo continuamente los mensajes y novedades de las redes sociales,o haciendo miles de fotos con su móvil para enviar aquí y allá.
(¢) Carlos Parejo Delgado
No hay comentarios:
Publicar un comentario