—Y usted,
sediento ciudadano,
¿cómo ve la botella?
¿Se ha parado a pensar
que, acaso, su problema
está en el pesimismo
que lo ciega y arrastra
a verla más que medio
llena, medio vacía?
¡Hay que ser optimista, hombre de dios,
no desespere usted, no desespere!
Verá como, con fe,
se irá arreglando todo
y, en un escaso margen
de tiempo, lo que ahora
ve en blanco y negro y medio
vacío, ha de colmarse
de un vino generoso
color rojo cereza
con matiz de rubíes.
Y, ahora, dígame,
sediento ciudadano,
¿cómo ve la botella?
—¿Dice, usted, la botella?
¿Qué botella?
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
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