Los cambios generacionales son cada vez más rápidos. Un abuelo fundó un banco comercial que prosperó exportando aceites y naranjas; su hijo lo convirtió en un banco financiero de cuyo tronco monetario nacieron ramas de industrias y servicios, y el nieto lo ha transformado en el mayor banco de células y tejidos humanos, almacenados en veintitantas sucursales.
Otro abuelo se paseó por la puerta del ayuntamiento con un cartel colgado del cuello como hombre anuncio. Su hijo embadurnó con cola, pegando grandes anuncios de papel, las paredes de las principales calles. Y su nieto, sin moverse de la mesa del ordenador, corta y pega anuncios de telefonía móvil en páginas WEB.
(¢) Carlos Parejo Delgado
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