Ocurrió hace una semana.
Levanteme una mañana
de hace apenas unos días
y, sería cosa mía,
pero olí a una cosa rara.
Era la atmósfera insana,
rancia, vieja, revenía.
Por hacerla más lozana
abrí todas las ventanas,
levanté hasta las persianas
mas el tufo persistía.
Y la cosa es que traía
la memoria de otros días,
como una arcada lejana
que te daban hasta ganas
como al niño del Gandía
de largar tóas las judías.
Pero fue hacia mediodía
cuando doy en la diana:
aquella peste malsana
como flor de cañería,
no había duda, provenía
de la ración cotidiana
de trentina ideología,
que esa nuestra Gran Hermana
que es la tele nos servía.
¡El país olía a sotana!
¿Seis millones sin empleo?
Se le reza a San Tadeo,
para pan, Eucaristía,
que aunque esté decirlo feo
tiene menos papeleo
y no aporta calorías.
En vez de buscar papeo,
y ser del trabajo reos
tragaros una homilía.
Si os cerró la factoría
se os abre la sacristía
y a ganar el jubileo.
Y en vez de tanto jaleo,
entonemos letanías;
a rezar avemarías.
¿Sindicatos? ¡Cofradías!
Que si sigue el escracheo
de Sáez de Santamaría,
comulgando a todos veo
con hostias de policía.
¿Fracaso educacional?
Es que ha hecho mucho mal
eso de la Educación
para la Ciudadanía
No digo que Formación
de Espíritu Nacional,
ganas no nos faltarían,
pero sí que Religión
en vena y a mogollón,
no como antes de “maría”.
Monseñor Rouco Varela,
faro y guía que tutela,
Ministro de Educación,
diseña la nueva escuela.
¿Problemas de botellón?
¿Que la niña es un putón?
Eso se arregla con tela.
No, claro que no son pelas;
ya saben, la recesión.
Cuando digo que con tela
me refiero a dimensión.
Su faldita de franela,
holgadito el pantalón,
bien altito el cinturón,
rebeca color canela,
de ranglán el chaquetón,
se acabaron las chinelas,
zapatitos de tacón.
Con recato y discreción,
como siempre fue su abuela.
Y a las diez te quiero en casa.
Mas si Borja se propasa,
y por mucho que nos duela,
se le pega un bofetón.
Si a pesar de las cautelas
y lo que ella ha visto en casa
se dieran un revolcón
y resulta un barrigón,
el asunto entonces pasa
a una otra jurisdicción:
Negociado Gallardón.
Se les coge, se les casa,
y si aquello no se atrasa,
tenemos otro mamón
chupando de la pensión
del abuelo, tan escasa.
Pero puede ser que acaso
la más grande innovación
sea verles poner el cazo
pagando en televisión
una campaña de spots
pa’ pedirnos el traspaso
en nuestra declaración
de unos eurillos escasos
que sumaos son un pastón.
Es la telecuestación.
“Mira que son mamonazos,
piden por televisión”,
a un pobre que duerme al raso
le oí decir de la cuestión.
“Que hagan como hacemos tos’.
Pongan en el suelo un vaso
y escriban en un cartón”
Levanteme una mañana
de hace apenas unos días
y, sería cosa mía,
pero olí a una cosa rara.
Era la atmósfera insana,
rancia, vieja, revenía.
Por hacerla más lozana
abrí todas las ventanas,
levanté hasta las persianas
mas el tufo persistía.
Y la cosa es que traía
la memoria de otros días,
como una arcada lejana
que te daban hasta ganas
como al niño del Gandía
de largar tóas las judías.
Pero fue hacia mediodía
cuando doy en la diana:
aquella peste malsana
como flor de cañería,
no había duda, provenía
de la ración cotidiana
de trentina ideología,
que esa nuestra Gran Hermana
que es la tele nos servía.
¡El país olía a sotana!
¿Seis millones sin empleo?
Se le reza a San Tadeo,
para pan, Eucaristía,
que aunque esté decirlo feo
tiene menos papeleo
y no aporta calorías.
En vez de buscar papeo,
y ser del trabajo reos
tragaros una homilía.
Si os cerró la factoría
se os abre la sacristía
y a ganar el jubileo.
Y en vez de tanto jaleo,
entonemos letanías;
a rezar avemarías.
¿Sindicatos? ¡Cofradías!
Que si sigue el escracheo
de Sáez de Santamaría,
comulgando a todos veo
con hostias de policía.
¿Fracaso educacional?
Es que ha hecho mucho mal
eso de la Educación
para la Ciudadanía
No digo que Formación
de Espíritu Nacional,
ganas no nos faltarían,
pero sí que Religión
en vena y a mogollón,
no como antes de “maría”.
Monseñor Rouco Varela,
faro y guía que tutela,
Ministro de Educación,
diseña la nueva escuela.
¿Problemas de botellón?
¿Que la niña es un putón?
Eso se arregla con tela.
No, claro que no son pelas;
ya saben, la recesión.
Cuando digo que con tela
me refiero a dimensión.
Su faldita de franela,
holgadito el pantalón,
bien altito el cinturón,
rebeca color canela,
de ranglán el chaquetón,
se acabaron las chinelas,
zapatitos de tacón.
Con recato y discreción,
como siempre fue su abuela.
Y a las diez te quiero en casa.
Mas si Borja se propasa,
y por mucho que nos duela,
se le pega un bofetón.
Si a pesar de las cautelas
y lo que ella ha visto en casa
se dieran un revolcón
y resulta un barrigón,
el asunto entonces pasa
a una otra jurisdicción:
Negociado Gallardón.
Se les coge, se les casa,
y si aquello no se atrasa,
tenemos otro mamón
chupando de la pensión
del abuelo, tan escasa.
Pero puede ser que acaso
la más grande innovación
sea verles poner el cazo
pagando en televisión
una campaña de spots
pa’ pedirnos el traspaso
en nuestra declaración
de unos eurillos escasos
que sumaos son un pastón.
Es la telecuestación.
“Mira que son mamonazos,
piden por televisión”,
a un pobre que duerme al raso
le oí decir de la cuestión.
“Que hagan como hacemos tos’.
Pongan en el suelo un vaso
y escriban en un cartón”
Texto e ilustración: Agustín Casado.
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