No cabalgo hacia altas torres
ni una jaca es mi montura;
me arrastro como un gusano
por galerías oscuras.
En los túneles, el aire
no es más que una piedra dura
que nimba sin epitafio
mi anónima sepultura.
¡Ay qué angosto laberinto!
¡Ay qué sima tan profunda!
¡Ay qué jaula sin cautivo
donde no alcanza la luna!
1 comentario:
Y así vamos, como el gusano…Te sigo.
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