sábado, 22 de octubre de 2016

Los pactos de la burra (33)


Nuestros patriotas más abnegados andan urdiendo un nuevo atentado terrorista de Estado. Ahora el Gobierno más corrupto de Europa anuncia, a través de la que tal vez sea su ministra más sosa y zorrocotroca, la compatibilización del cobro de unas miserables pensiones con el hecho ignominioso de tener que vernos obligados a continuar trabajando hasta el último suspiro. Por el bien de España, cómo no. Esto, traducido a un lenguaje sin trampa ni cartón, significa que van a reducir las pensiones a la mínima expresión y que, aquellos que no gocemos de la singular suerte de poder estar currando como acémilas a los 80, ya podemos ir solicitando la eutanasia activa. O eso o morir de hambre. A ver, yo es que ya no puedo más con tantísimo cinismo a destajo ni tamañas estupideces sin parangón posible. ¿A trabajar en qué, si no hay trabajo? Puede que con el nieto ese que, con tres carreras universitarias y cinco idiomas perfectamente hablados y escritos a las espaldas, tuvo que hacer las maletas para irse a Londres a buscarse la vida fregando platos. O a la aceituna en pleno enero. Eso sí, esto último bajo la protección de la Virgen del Rocío y del famoso ángel gorrilla ese que, es sus éxtasis lisérgicos, asiste al canalla de Fernández Díaz para que aparque sin problemas cuando acude a una cita urgente para conspirar contra las instituciones del Estado que no le son afines.

BONUS TRACKS

En España hay pasta pública a espuertas pa regalar a las mafias del totalitarismo financiero. Pa pagar alquileres mileuristas y más que mileuristas de viviendas a diputados con cuatro o cinco pisos en propiedad en el mismo municipio en el que se les sufraga. Pa la Iglesia Católica en un país presuntamente aconfesional. Pa casas reales que viven en la irrealidad de una sociedad que se acabó hace siglos. Pa ir, en misiones de paz, a matar moros de mierda y de camino morir por una patria que queda a miles de kilómetros y que hace mucho dejó de pertenecer a los que terminan muriendo creyendo estúpidamente que lo hacen por ella. Pa amnistías fiscales de amiguetes que se lo han llevado calentito a manos llenas. Pa matar toros. Pa comilonas a seiscientos euros el cubierto pagadas con dinero público pa debatir acerca del problema del hambre. Pa comprar a los medios mediante la contratación de la difusión de una publicidad institucional innecesaria y que para lo único que es útil es para el autobombo y platillo y lavado de cara del Régimen. Pa aeropuertos sin pasajeros ni aviones. Pa alfombras y muebles caros en despachos oficiales. Pa estaciones del AVE en mitad de los más inhóspitos de los descampados. Pa pagar sobresueldos a políticos tan mediocres como corruptos. Pa financiar fundaciones de ideología totalitaria. Y pa otros muchos asuntos de similar baja estofa. Pero nos amenazan con que dentro de poco no habrá un puto euro pa pagar las pensiones de quienes se las ganaron cotizando para ello y trabajando como animales durante cuarenta años y más. ¿Es o no pa empezar de una jodida vez a desenterrar guillotinas? Pues pa más inri vamos y los votamos. Pa mear y no echar gota, oiga. Habría que rebautizar a este país de todos los demonios con un nombre mas acorde con su estulticia e indolencia manifiestas. No quedaría nada mal Gilipollilandia.

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Los barones mal llamados socialistas chochean. Y son de esa clase de ancianos pejigueras que están rezumando a todas horas mala leche por los poros. Una experiencia traumática durante la pubertad, supongo. No quiero ni imaginar las flatulencias pestilentes e ininteligibles que vomitarán sus sucias bocazas cuando nuestra ministra más rociera les reduzca a la mínima expresión sus suculentas pensiones y se tengan que ganar su miserable y prostituida vida haciendo de bufón sin gracia por las calles de los arrabales patrios. Pero, antes de que vengan a arrebatármelas por decreto a mano armada, daría todas mis pagas extra por poder contemplarlo por un instante.

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Acuñar neologismos no es tarea fácil. Así, por poner un ejemplo, dudo entre mamarrachocracia y mamarrachismo para definir a la actual dictadura de los mamarrachos que en España protagonizan personajillos tan tóxicos y obtusos como Fernández Díaz, Florentino Pérez, Fátima Báñez, Susana Díaz, Juan Luis Cebrián, Rajoy, Felípe González, Rubalcaba, Aguirre, Cospedal, Leguina...

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Tal y como nos están poniendo de jodidas las cosas los sicarios políticos del totalitarismo financiero patrio y transnacional, y si queremos seguir albergando alguna mínima esperanza de que puedan cambiar a mejor en el futuro, habrÍa que lograr que fuese obligatorio compatibilizar el desempeño de las labores propias de alto cargo ultraliberal con al menos 50 horas semanales de trabajo a destajo en la más profunda de las galerías de una mina de carbón. Y por el salario mínimo.

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La estrategia de comunicación de la gestora formada por los conspiradores del, al menos en lo que se refiere a sus derechizados dirigentes, mal llamado Partido Socialista, es de lo más básica. Repetir de manera sencilla y gradilocuente tres o cuatro grandes mentiras una y mil veces. A lo Goebbels. El apoyo para la difusión de esas falacias que le prestan los medios de manipulación masiva al servicio de las mafias del totalitarismo financiero, hace el resto. Difícil contrarrestar tan, aunque rudimentaria, maquiavélica y potente maquinaria.

1 comentario:

mailconraul dijo...

¡Bienvenido a escatologilandia! Haría falta un hedor o un sicario de los olores (como en El Perfume), para hacer que todos se dieran por el culo al final de la película.